Tu Historia Mala Praxis

Brisa de Lanus Oeste | Tu Historia de Mala Praxis Medica

Brisa de Lanus Oeste | Tu Historia de Mala Praxis Medica

Esta es la historia de mi hija Brisa.

En el 2013, cuando ella tenía 12 años, fuimos al Hospital Garrahan por primera vez.

Ella estaba mal, vomitaba sangre, y decidieron dejarla internada.

Le hicieron una endoscopia, y en esa primera endoscopia que le hicieron no evidenció nada.

Sin embargo le diagnosticaron gastritis crónica.

Fueron pasando años y años,  seguíamos yendo y viniendo al hospital… y siempre decían lo mismo. No le habían prescripto ninguna medicación.

Le hicieron entre seis y ocho endoscopias, en las cuales nunca encontraron nada.

A veces le dolía toda la zona inferior del torso…el abdomen y la espalda desde la altura del pecho hasta abajo del ombligo.

No comía… la tenían a suero… ellos siempre insistían (en todas las internaciones que tuvimos) en que lo que ella tenía, era una gastritis crónica, y yo les decía que no, que debía ser otra cosa, que revieran el diagnóstico… que hicieran más estudios porque había algo que a mí no me cerraba, ese instinto de madre me decía que algo no estaba bien…

Cada vez que íbamos y debían internarla yo insistía en que la medicaran para los dolores para que estuviera más tranquila… para aplacar su pena… – ella gritaba del dolor – pero tanto a los enfermeros como a los médicos parecía molestarles que fuera a buscarlos.

Yo estaba mal, me sentía impotente, les decía que mi hija sentía palpitaciones fuertes en el pecho, puntadas en la espalda… les decía que ella se quejaba continuamente del dolor de espalda… y ellos respondían que no podían trabajar bajo presión… y yo seguía insistiendo, cada vez más, porque lo único que le hacían eran análisis de sangre y orina…

Y a partir de ese momento, empezaron los maltratos psicológicos y las agresiones verbales…

Tengo muchos tatuajes en mi cuerpo, debido a eso comenzaron a juzgar y a discriminar … “tanto tatuaje es cosa de negros de m…”, que yo era una loca, que era enferma psiquiátrica…

Recibimos todo tipo de maltratos… desde verbales a la prohibición de poder verla en varias ocasiones…

Ya habían pasado casi 2 años, faltaba poco para que ella cumpliera sus 15 años y el diagnóstico seguía siendo el mismo, pero con la diferencia que ya los médicos ya no la atendían, teníamos que renegar para que alguien la atendiera…

Brisa siguió vomitando sangre. Llegamos al punto de guardar esa sangre en un taper y llevarla al hospital para que la analizaran, pero nunca hicieron ningún estudio.

Le hicieron 3 veces el estudio de tuberculosis, el cual dio siempre negativo, porque ella no vomitaba por esa enfermedad, ni por la “gastritis crónica”, Brisa tenía algo más…

Con el tiempo como que a ellos esta situación comenzó a parecerles normal… Brisa siempre fue de contextura grande… ellos le decían que dado su tamaño debía ser capaz de soportar el dolor.

Hubo veces, en las que debían realizarle una endoscopia, donde la dejaron de 4 a 6 días sin comer… cuando el ayuno para ese tipo de estudios es de 6 a 8 horas… y yo no podía hacer nada, porque ellos me dejaban en la puerta de la habitación y me negaban el ingreso para que yo “no moleste”

Después del resultado de los análisis nos daban el alta, por lo que un día decidimos retirarnos con Brisa y en lugar de ir a casa fuimos a otro hospital.

Fuimos a una clínica de Lanús. Explicamos el caso y nos atendieron el Dr. Álvarez y otro grupo de médicos.

Les entregue todos los análisis que le habían hecho durante este tiempo, y entre ellos el diagnóstico que decía que lo que Brisa tenía era “gastritis crónica”.

Decidieron colocarle una sonda nasogástrica, y nos explicaron en qué consistía este estudio… el cual iba a determinar cuál era la cantidad de sangre que salía del estómago… si bien era un proceso invasivo, mi esposo y yo decidimos que era lo mejor… así íbamos a saber de una vez por todas que era lo que tenía.

Después de colocar la sonda, introdujeron un poco de solución fisiológica por la nariz y por la boca para que llegara al estómago y así poder conocer, cuando ella tosía, si sangraba y donde sangraba… no pasaron 10 minutos que salieron los doctores y me dijeron: mamá, no es el estómago lo que sangra… lo que sangra es un pulmón. Vamos a dejarla internada porque entre hoy y mañana entra a quirófano.”

 

Brisa quedó internada y al día siguiente le hicieron una tomografía con contraste que mostró unas manchas grandes en el pulmón izquierdo, y luego le realizaron una fibrobroncoscopia, pero el aparato no pudo ingresar al pulmón porque su pulmón estaba colapsado… estaba todo podrido.

Es decir que, en todo ese tiempo, desde 2013 a 2018 en el Garrahan no habían hecho nada por averiguar la verdadera causa del sangrado, nunca tuvieron en cuenta la salud de mi hija.

Abandonaron a Brisa al no buscar otro diagnóstico que les indicara la causa de lo que ella realmente padecía.

 

La trasladaron de la clínica en la que estaba en Lanús, a una clínica de alta complejidad especializada en problemas de pulmón en Morón.

En cuanto llegamos se reunieron con nosotros y nos explicaron que Brisa necesitaba una cirugía, que el problema que presentaba era muy complejo y que de 10 personas operadas con anterioridad, sólo sobreviven dos… y nos explicaron además que Brisa corría riesgo de vida por el abandono médico que había vivido por años. Incluso repetían que no entendían como en el otro hospital habían dejado pasar tanto tiempo.

La cirugía duró 7 horas. Le sacaron tres lóbulos de 14 x 3 cm… es decir, prácticamente todo el pulmón… lo único que le quedó fue el tronco bronquial del pulmón izquierdo.

Después de la cirugía tuvo 4 internaciones más porque tuvo recaídas, que fueron contempladas previamente por los médicos. Nos habían dicho todo lo que podía suceder.

A pesar de todas las complicaciones tuvo que seguir un tratamiento, y a principios de febrero de este año (2019) asistimos a una nueva consulta médica, en donde debían realizarle placas y tomografías para ver cómo estaba el otro pulmón… y nos encontramos con que lamentablemente su otro pulmón (el derecho) estaba dañado,  había desmejorado progresivamente debido a la exigencia de realizar todo el trabajo sólo.

 

En el Garraham no tuvieron compasión con la vida de mi hija, no hicieron su trabajo cómo debían hacerlo.

 

La vida de mi hija no es como la vida de cualquier adolescente de su edad, no lleva una vida normal.

Cuando camina, le falta el aire y le baja la saturación de oxígeno, tiene entre 8 y 9 de presión, se le coagula la sangre… a veces no respira bien y tiene que estar usando oxígeno 8 horas o 6 horas depende de cuánto sature, entre otras condiciones que afectan hoy su salud.

A raíz de esto, de tanto que el pulmón colapsa apretó una arteria del corazón y tuvieron que colocarle un stent… entonces ya no solo tiene el problema en el pulmón que le queda, sino que además tiene comprometido el corazón.

Lamentablemente el hospital Garrahan no es el de antes, cambio muchísimo. No quisieron reconocer el abandono que hicieron con mi hija, negándose incluso a entregarme la historia clínica de Brisa.

Se negaron 5 veces, hasta que se la pidió la fiscalía.

Hicimos la denuncia, como corresponde, pero lamentablemente no hay un progreso en la causa.

Me presenté a una audiencia, pero los abogados me dijeron que yo debía esperar…

El daño que nos provocaron –a toda la familia– es inmenso.

 

Luego de un año, Brisa sigue estudiando, con escuela domiciliaria porque no puede salir a la calle

La afección de Brisa no es contagiosa, ella está débil y por lo tanto no puede contagiarse de nada, porque si algún virus o bacteria ingresa a su cuerpo puede perjudicarla aún más.

Tengo todos los papeles, quiero que esto se haga viral para que se sepa la verdad de todo lo que pasa ahí adentro, porque todos piensan que es el mejor hospital de Latinoamérica…ojo no pongo en duda eso, pero, así como hay buenos médicos también hay malos médicos que no hacen su trabajo como deberían hacerlo, y por culpa de ellos mi hija hoy está como está… la vieron grandota, insistieron con la historia del estómago, le privaron la comida, y mi hija terminó perdiendo un pulmón, tiene el otro dañado lo cual además le provocó una afección cardiaca.

Tengo fé de que de a poco todos los casos de mala praxis van a salir a la luz… lo que no entiendo es porque se tardan tanto.

Yo doy gracias a Dios de que mi hija está viva y la está peleando, pero se de otras mamás que perdieron a sus hijos por mala praxis y no quiero que esto quede en la nada… somos muchas las que denunciamos mala praxis contra el Hospital Garrahan… pero la burocracia y la injusticia cansan… nadie se imagina la cantidad de mamás que se tuvieron que volver sin poder siquiera hacer la denuncia, las hicieron callar…

Los médicos creen que uno cuando inicia un juicio quiere plata… pero no hay dinero que me devuelva la salud de mi hija señores, sépanlo. La vida no tiene precio.

Mi hija ingresó por primera vez al Hospital Garrahan en 2013… con 12 años, hoy tiene 17 años y todavía seguimos en la lucha.

 

Patricia Sánchez, Mamá de Brisa Herrera. Lanus Oeste

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