Daiana, era una mujer súper compañera, una madraza, siempre ayudándome, siempre trabajando codo a codo conmigo, una mujer excepcional.
No tenía vicios, se ejercitaba 3 veces por semana, era una chica re sana…
La noche del 15 de diciembre de 2017 se sentía descompuesta, vomitaba mucho, tenía un dolor de estómago muy fuerte… Le dije un montón de veces que quería llevarla al hospital y ella me dijo que no, que se le iba a pasar… Nos dormimos… ella dormía cuando yo me fui a trabajar.
En esos días estaba mi suegra visitándonos, y como Daiana se seguía sintiendo mal, fueron al hospital.
Desde el mismo hospital recibí una llamada de mi suegra avisando que el médico que la había atendido dijo que tenía un cuadro de apendicitis y que la iban a operar a las 16 hs.
Fui para allá. La operación terminó 16.45, y al mismo tiempo que salió el doctor a hablar con nosotros vimos que el camillero salió con ella del quirófano hacia la habitación. El medico nos decía que todos estaba perfecto que en un rato íbamos a poder verla, que la operación había salido bien…Sin embargo, apenas la vi – mientras el camillero la llevaba a la habitación – le pregunté al doctor porque Daiana estaba tan pálida y con la boca morada… el médico me dijo que estaba bien, que Daiana “había salido prácticamente hablando del quirófano”, que esa era una reacción de la anestesia… me dijo que no me tenía que preocupar por nada que todo estaba bien…me dio un apretón de manos…y se fue…yo sentí un escalofrío recorriéndome el cuerpo…
Fui rápido hacia la habitación, ella estaba en la numero 16, y ayude al camillero, que estaba solo porque no había ido ninguna enfermera a ayudarlo, y vi que Daiana tenía el suero apretado en la espalda, cuando la toque, la sentí fría.
Trate de encontrar sus signos vitales… no los encontraba – trabajo en un empresa donde nos capacitan constantemente en primeros auxilios – seguí buscando y no le encontraba el pulso, empecé a pedir ayuda, y apareció una enfermera…
Esta “enfermera” trato de colocarle el oxímetro y el aparatito se cayó al suelo, probó dos veces más y no pudo colocárselo…entonces trato de hacerlo con el tensiómetro, pero el tensiómetro estaba roto.
Para cuando pudieron constatar que no tenía pulso habían, pasado algunos minutos más tarde apareció el medico… según manifestaba no entendía nada de lo que pasaba… empezaron a reanimarla, pidieron oxígeno, el camillero no sabía cuáles eran los tubos llenos y cuales los vacíos… A otro médico le pidieron el desfibrilador…y este tipo, salió caminando con el desfibrilador en mano como si estuviese paseando en el shopping sin inmutarse de la situación que se estaba viviendo en la habitación de mi señora…
En ese momento apareció una mujer – más tarde me enteré que era la anestesista – muy tranquila, apareció así como si nada…no tenía idea de la situación…
Diez minutos más tarde el médico, Dr. Boldrini, salió a decirnos que Daiana había fallecido.
No sabía que había pasado, él no entendía nada, no había ninguna explicación porque la operación según él había sido un éxito.
Solo repetía: “no sé qué paso”, “no sé qué decirte”…
El mundo se me vino abajo.
El propio médico no sabía que había pasado, le pregunte qué porque no le practicaban una autopsia, y él respondió que no sabía cómo se hacía ese trámite.
El certificado de defunción dice que Daiana murió a causa de un paro cardiorrespiratorio “no traumático”.
A medida que fueron pasando los días, más y más cosas se me venían a la mente, ¿Cómo puede ser que nadie se dio cuenta?, ¿Cómo puede ser que una enfermera no sepa poner el aparatito que mide el oxígeno en sangre?, ¿Cómo puede ser que el camillero no sepa dónde estaban los tubos de oxigeno?, ¿Cómo puede ser que los tensiómetros estén rotos?, ¿Cómo puede ser que un médico no advierta la urgencia de utilizar un desfibrilador y se demore en trasladarlo?, y así…muchas preguntas que siguen en mi cabeza…y la duda de saber si ya no había fallecido en quirófano y montaron todo ese circo para distraernos…
Decidí iniciar acciones legales porque evidentemente algo malo habían hecho…
Después de la denuncia se secuestró la historia clínica junto con los videos de la cirugía, y con todo documento de lo que paso ese día en el hospital.
En Las Heras no hay morgue judicial, para realizar la autopsia había que ir a Caleta Olivia o a Rio Gallegos, por las fechas decidieron hacerla en el mismo cementerio.
En ella se advirtió que el brazo izquierdo estaba muy hinchado. Según la historia clínica le había suministrado medicamentos que la autopsia no revelo, es decir que nunca le pusieron nada…
Averiguando supimos que el hospital no cuenta con personal capacitado, las “enfermeras” no son enfermeras, solo tienen un curso de primeros auxilios hecho…, al saber eso se les ha solicitado a todo el personal que estuvo involucrado ese día, el título habilitante.
Hace poco más de un mes, una enfermera conocida que me encontré, me preguntó que porque había demorado tanto en hacer la denuncia – no era que me había demorado sino que había habido feria judicial, etc. –… y charlando con ella le comente que había hablado con el Dr. Boldrini para saber qué pasos debía seguir para pedir una autopsia y él había dicho que no sabía…y en ese momento quedo asombrada, ya que los médicos conocen esos protocolos… y me dijo: yo no buscaría por el lado del médico, sino por el de la anestesista…
Las Heras tiene un buen hospital, muy bien equipado y los médicos ganan muy bien. Incluso algunos médicos vienen de otras provincias a hacer dinero aquí.
Hasta la fecha nadie, absolutamente nadie del hospital se acercó a decirnos nada, a brindarnos contención o asistencia psicológica, ni a mí ni a mis dos hijitos.
Las Heras es un pueblo chico, cada vez que el Dr. Boldrini y yo nos cruzamos él me evita, baja la mirada.
Perder a Daiana nos dejó destrozados, ella era muy querida por todos, como dije era una mujer excelente, una mamá ejemplar, una SEÑORA MAMÁ.
Es tan fuerte el dolor, porque hasta el alma quema, pero no solamente por ella hay que hacer algo, sino por todos…mis hijos son muy chiquitos amaban a su mamá, pedían todos los días ir al cementerio a visitarla…
Una situación muy difícil y muy triste, a raíz de eso decidimos en familia que ellos estén un tiempo en Buenos Aires en casa de sus abuelos… para mitigar, de alguna manera el dolor…
Mucha gente se acercó a contarme sus historias, no estamos solos, muchos me ayudaron y todavía me ayudan…
Duele revivir lo que pasó…
Desde hace 5 meses quiero saber cúal fué el motivo de su muerte, y quien o quienes fueron responsables del hecho.
No voy a parar hasta conseguirlo.
Rubén Antúnez, marido de Daiana Galván.