Mi nombre es Delia Abreu y soy de La Plata.
Mi historia comenzó el 29 de marzo del 2007. Tenía una cesárea programada para dar a luz a mi sexto hijo en una clínica privada llamada Los Tilos, ubicada en ese entonces en calle 2 y 42. Como ya había cumplido mi sueño de tener tres nenas y tres nenes había decidido ligarme las trompas.
Había tenido un embarazo excelente, sin ningún problema… era mi segunda cesárea, ya sabía el tipo de procedimiento que tenía que atravesar…
Ese día fuí súper contenta, como cualquier mamá… chocha porque en cuestión de horas iba a tener a mi bebé en brazos.
Al momento de realizar la cesaria, aparentemente la anestesia no me había surtido efecto poque en la cirugía yo sentí todo… estaba sufriendo mucho. Entonces decidieron darme anestesia total.
Lean nació sanito y nos trasladaron a ambos a la habitación.
Después del procedimiento yo estaba tan descompuesta que no podía tener a mi hijo en mis brazos.
Le pedí a una enfermera que me diera algo para los dolores porque no aguantaba.
Vino el obstetra y le dije que estaba sintiendo mucho dolor…me dijo que todo era consecuencia de la peridural y que se me pasaría en un rato.
Al día siguiente me sentía peor… aún así me dieron el alta y nos fuimos a casa.
Pase dos días agitada, me faltaba el aire… sentía que me moría.
Decidí entonces volver a la clínica. En la guardia me dijeron que no tenía nada… que eran nervios post parto, pero que me iban a dejar unas horas en observación y luego me iba.
A medida que fueron pasando las horas mi cuadro empeoraba. Había comenzado a hincharme.
De una sala común pasé a terapia. Ahí en terapia, me dijo el médico: “gordita te vamos a tener que intervenir por el dolor abdominal que presentas…”
Ya estábamos a día 2 de abril, habían pasado unos días de la cesaria y mi cuerpo parecía que iba a explotar.
Me operaron ese día, y de esa cirugía me sacaron una gasa y 5 litros de pus. (En la cesaria se habían olvidado una gasa dentro de mi cuerpo y eso desencadenó una infección abdominal)
Estuve en coma farmacológico, llena de tubos…sin recibir buena atención.
Mi familia, con el aval de una médica y por sus propios medios decidieron trasladarme al Hospital Rossi.
En una ambulancia equipada me trasladaron dónde día después iba a despertar.
Recuerdo que cuando desperté vi la cara de mi papá… él estaba tomándome de la mano.
A medida que fueron pasando los días me fuí enterando de todo lo que me había ocurrido, había tenido un edema pulmonar… al parecer mi salud había estado compremetida a causa del mal accionar de los médicos al momento de realizar la cesaria. Sentí mucho miedo.
Cuando me trasladaron a una sala común, me fue a visitar el cura del hospital, y me dijo: “que milagroso es Dios porque hace unos días te di la extremaunción… pensábamos que te ibas…”. Nunca más pude olvidar esas palabras, ese momento.
Mejoré, y me fuí a casa de mis padres dónde estaba mi bebé.
Sufrí mucho porque no podía darle el pecho debido a tanta medicación.
Además, como habían abierto la herida de la cesárea para extraer la gasa, sólo suturaron la parte interna, y tuve que curarme con azúcar… lo cuál llevo más de un mes… me daba muchísima impresión. Tenia que colocarme azúcar sobre la herida, vendar, y después fajarme. Eso con el calor, se hacia como un “almíbar”…era horrible.
Pasaron los días y comencé a ahogarme… a tal punto que golpeaba las paredes.
Venían las ambulancias, me inyectaban corticoides para abrirme los bronquios para así poder dormir…
Seguí así unos días hasta que fuí a un consultorio de OSECAC. Ahí la médica de guardia me dijo que tenía una dificultad respiratoria, y que así no podía continuar.
Las lágrimas me ahogaban…y me preguntaba ¿que había hecho de malo para q me pasara todo eso?
Me internaron en la clínica Belgrano de La Plata.
Sé que Dios mando a un excelente otorrino excelente, el Dr. López.
Él me hizo un estudio y dijo que tenía la tráquea muy lastimada debido al entubamiento de cuando haba estado en terapia, iba a recibir una medicación durante unos días y luego me iba a dar el alta.
Lo volví a ver nuevamente el 12 de mayo en el hospital San Juan De Dios, en el Servicio de Broncoscopia. Ese día me atendieron, me dieron fecha para ponerme un estén de silicona en la garganta para poder respirar bien y eso me ayudó durante tres años – del 2007 al 2010-.
En 2010, los médicos decidieron someterme a una operación de tráquea, para que yo pueda respirar por mis propios medios.
Y así fue.
Hoy quiero contar mi historia porque todavía pienso en el horror que viví, como se transformó un dulce momento de esperar a mi bebe (Leandro, tiene hoy 11 años, y está muy bien), a pasar por tres años de sufrimiento – porque era semana tras semana tener que someterme a estudios tras los cuales terminaba descompuesta y escupiendo sangre -.
Doy gracias a Dios por poder contar esto. Volví a nacer.
Agradezco a mi familia que estuvo siempre… al Hospital Rossi y al San Juan De Dios por devolverme cada instante de vida que vivo hoy… a cada médico, enfermero, en ese lugar todos se portaron como una familia, siempre conteniéndome siempre y alentándome para que no baje los brazos.
Esa clínica es una carnicería, ojalá algún día algún damnificado logré que la cierren…lamento mucho todo lo que pasaste