Argentina Tu Historia Mala Praxis

Elizabeth de San Isidro | Tu Historia Mala Praxis Médica

Elizabeth de San Isidro | Tu Hisroria Mala Praxis Médica
Elizabeth de San Isidro | Tu Hisroria Mala Praxis Médica

En diciembre de 2013 sufrí una caída muy fuerte en el trabajo.

Tuve que recurrir a la guardia de un sanatorio. Una vez allí, a raíz de las preguntas de rigor por parte de los médicos, les comenté que  había sido operada previamente de un fibroma .

Sin embargo ellos me pidieron que consultara con un ginecólogo con urgencia ya que en uno de los estudios que me habían hecho, aparecía una sombra en un ovario… y eso hice.

Así fue como conocí al Dr. Alejandro Fernández en la clínica La Trinidad de San Isidro, sugerido por mi obra social, Galeno.

Llevé aquella ecografía que me habían hecho en el sanatorio a la primer consulta que tuve con él. Después de revisarme y verla me dijo que se observaba un quiste. Mencionó que con una simple cirugía laparoscópica podía retirarlo, que era algo sencillo, de rutina. Además, podía irme a casa ese mismo día.

Su diagnóstico me pareció correcto, me hice los pre-quirúrgicos y todo salió bien para realizar la intervención.

Un par de días antes de pactada la fecha de la cirugía, que era el 13 de diciembre, me dijo “quedate tranquila que entras a las 8 de la mañana y a las 6 de la tarde ya estás en tu casa”… y así fué… Sentía algo de dolor pero creí que era producto de la cirugía, y no le dí importancia.

Los dolores siguieron ese día hasta que no aguante más y mi familia tuvo que salir de urgencia a las 3 de la mañana hacia el sanatorio porque yo gritaba de dolor, realmente no soportaba más.

Al revisarme, me dijeron que no tenía otra opción, había que realizar otra cirugía…y enseguida empezaron a colocarme sondas por la nariz, suero, remedios y como a las 6 de la mañana me operaron nuevamente.

Me abrieron desde el esternón hasta la pelvis. Todavía me hace mal recordar lo que sentí ese día cuando desperté, toda conectada e inmovilizada, sin entender que estaba pasando…

Me explicaron que el ginecólogo al hacer la cirugía laparoscópica aparentemente no habría encontrado un quiste en el ovario… pero si sangre. Sangre de aquella operación anterior de 2 años atrás, y esa sangre como consecuencia había “pegado” el intestino al ovario… Dijeron era algo común, que solía pasar… y seguramente el Dr. Fernández había tratado de despegar el intestino pero en el intento lo perforo…y no se dio cuenta.

Me indicaron posteriormente que debido a la perforación las probabilidades con las que había ingresado esa noche era de tan sólo de 30%. Por consiguiente, obligó a abrir todo el abdomen, sacar todo, limpiar y volver a reparar lo dañado… para ello debieron cortar y suturar parte del intestino.

Estuve en terapia intensiva tres días, y como consecuencia de todo lo anterior tuve complicaciones en riñones y pulmones, con lo cual la internación que originalmente era ambulatoria duró aproximadamente un mes.

Cuando todo parecía estar bien y estaba próxima a la fecha del alta, un estudio realizado evidenció que el intestino seguía filtrando.

Programaron otra cirugía, la tercera, me limpiaron y suturaron…pero para que descanse ese intestino me realizaron otra colostomía (es una abertura en la barriga que se realiza durante una cirugía).

Cuando desperté seguía con la colostomía… Estaba mal física y psicológicamente…

Lo que hicieron fue una cirugía mecanizada, que es como si utilizaran una especie de abrochadora para cerrar la primer colostomía…

Un mes después trataron de cerrar la segunda colostomía, que seguía perdiendo… el médico me vio y me dijo que no iba a soportar otra cirugía más… y así, sin anestesia, se colocó unos guantes, me abrió con los dedos el abdomen a la altura del estómago y comenzó a tocar todo el intestino… toda la herida (del esternón a la pelvis) estaba en carne viva…

Presencie todo…dejó la herida abierta y me dijo que me fuera a casa…

Parece mentira, pero fué así como lo cuento.

A la semana volví al control… y milagrosamente la herida se estaba cerrando.

A los pocos días empecé a tener fiebre… y nada, “no tenés nada” me decían… Transcurrieron 45 días más así… sin “nada”.

Concurrí al Sanatorio una vez por semana para el control, pero nada… aparentemente no había nada anormal. Mi peso inicial era de 60kg, en ese lapso de tiempo llegue a los 48 kg.

Un día, al volver de esos controles fui al baño, me miré el estómago y vi salir un residuo que supuraba de esa enorme herida que tenía…, como si fuera acné, pero de sangre… creí que era mi tripa…tome coraje y tire… para mi asombro era una gasa de la cirugía, que obviamente había quedado adentro.

Llame a otro médico, un clínico. Le conté asustada, asombrada lo que había hecho…y él me respondió que no pasaba nada, que iba a estar todo bien, que tirara eso. Obviamente lo guarde.

Dos días después, mas residuos comenzaron a salir, esta vez una especie de bolita de tela, como esas de los guardapolvos que ellos usan en cirugía – y en ese momento se me cruzaron un montón de cosas por la cabeza. Las mentiras que dirán los médicos para cubrir sus equivocaciones.  

Después de sacar la gasa y la bolita de tela, la fiebre cedió. Doy gracias a Dios por mi salud.

Mi abdomen quedó destrozado…

Durante los 6 meses de internación ocurrieron más cosas, por ejemplo se equivocaron con la primer comida después de la primer cirugía… eso me constipo y como resultado se rompió el intestino…

Otro fué durante el cambio de turno de las enfermeras, donde me aplicaron 2 veces la misma droga para dormirme…

Varias veces me dieron de alta pero no podía irme porque de las heridas seguía saliendo materia fecal… cuando me re ingresaban sin haber salido siquiera del sanatorio, no había camas, y me hacían quedar en los pasillos… con gente que tenía otras enfermedades y yo que tenía las defensas bajas y estaba débil podía haberme contagiado cualquier cosa… no me cuidaron para nada…

Muchas veces pelee para que me dieran el alta, porque tenía miedo perder el trabajo… eventualmente me dieron el alta y fuí a trabajar dolorida. Pero al tener la movilidad reducida y con todas las cirugías a cuesta no dure mucho y terminaron echándome…

Pude salir adelante gracias al amor y contención de mi familia… sin embargo me quedan muchas secuelas psicológicas, por ejemplo no quiero volver al médico… y también secuelas físicas, dado que mis intestinos no funcionan del todo bien – en una ecografía que me hice en el hospital Austral me dijeron que lo que se ve adentro es un desastre. – Ya no puedo agacharme, por ejemplo, porque siento como que se retuercen los intestinos y me provoca mucho dolor.

Tengo 55 años, 3 hijas y siempre fui sana… hasta que me puse en manos del Dr. Alejandro Fernández.

Busque un abogado, el Dr. Carlos Maldonado, e inicie juicio…a Galeno, a La Trinidad y al ginecólogo causante… a la fecha no tengo noticias… tampoco tengo noticias de mi letrado…

Elizabeth

admin

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