El viernes 13 de noviembre de 2015, Ezequiel tenía 29 años, era un chico sano que no fumaba, tomaba de vez en cuando una cerveza o algo de fernet, hacía mucho ejercicio y se cuidaba mucho con su alimentación.
Cerca de las 6.30 o 7.00 de la tarde me llamó por teléfono y me dijo: “Má no te asustes estoy acá en el hospitalito”
El hospitalito en realidad no es un hospital, es una sala de primeros auxilios que tiene un pequeño quirófano.
Me dijo que no era nada, que había sentido un dolor, y que por las dudas le había pedido a su amigo que lo acercara desde el gimnasio.
El hospitalito está a unas cuadras del gimnasio y nuestra casa también, así que me fui para allá.
Tenía la presión baja, lo asistieron en ese sentido y continuaron evaluando su cuadro.
Al cabo de un rato me notificaron que Ezequiel podía tener signos de un problema cardiaco… pero más tarde me dijeron que estaba bien y se podía ir a casa.
Siendo una enfermera retirada, les pedí explicaciones, ¿padecía de un problema cardíaco o no?
Decidieron finalmente dejarlo en observación toda la noche, yo me quedé a su lado. Lo conectaron a un monitor y le colocaron un suero.
Estaba lúcido, pero sentía mucho dolor en la zona abdominal y en la espalda. Y por eso pedimos ayuda a los enfermeros. Le aplicaron, Diclofenac según ellos, pero luego le dieron un sedante porque entro en un estado de adormecimiento permanente.
Esa noche, se cortó la luz en el hospital. Nadie lo revisó en toda la noche, de a ratos se quejaba y de a ratos dormía.
Como a las 6 de la mañana apareció una enfermera, le tomó los signos y los anotó en su planilla de enfermería, se fue, pero dejo la planilla ahí… Agarre el teléfono y saque una foto.
Gracias a esa foto se pudo determinar que la medicación que se le aplicó – Diclofenac y Atorvastatina, aspirina – y que le diluyó la sangre… porque indudablemente ellos creían que era algo cardiaco.
A las 7, vino una doctora que lo miró, nos dijo que se podía ir … la tuve que correr para que me explicara qué era lo que había pasado. ¿Cómo pudo determinar que no tenía nada sin ningún estudio previo?
Ella me contestó que no había sido ella quien lo había atendido cuando ingresó. Según ella, el dolor que Ezequiel manifestaba era producto de un mal movimiento por los ejercicios que estaba haciendo en el gimnasio… motivo por el cual no debía realizar ningún tipo de ejercicio durante unos días. Y se fué.
Firmo el alta el día sábado 14 de noviembre y nos tuvimos que retirar.
En casa Ezequiel no pudo tomarse más que un mate, seguía mal…
Comenzó a sentir dolores, que se iban incrementando con el correr de los minutos.
Decidimos llevarlo al Hospital Posadas – que es un hospital nacional de alta complejidad – un lugar que ya conocíamos. Pero en el remis se descompuso, empezó con vómitos y a quejarse del dolor que sentía. Decidimos llevarlo nuevamente a ese hospitalito, considerando que era más cerca y que ya conocían sus antecedentes.
Apenas ingresamos nos encontramos con el Dr. Fainstein. Este médico era quien lo había atendido el día anterior, pero no quien lo había dado de alta. Ni bien lo vio le dijo: ¿Qué haces vos acá?
Evidentemente, durante la noche el doctor había solicitado una derivación porque había considerado la gravedad del caso. Pero en lugar de tratarlo le habían dado el alta erróneamente.
El médico, luego llamó a una enfermera y le dio instrucciones para que le aplique una medicación y lo trasladaran a una habitación de guardia.
No le hicieron ningún estudio.
El doctor no venía a ver a mi hijo, pero indicaba un inyectable para calmar sus dolores a la distancia.
Posteriormente tuve unos cruces verbales con el médico, donde yo le decía que me lo quería llevar para realizarle estudios, pero él no lo permitió.
Hacia las 4 de la tarde, mi hijo estaba empezando a desmejorarse, se le notaba un poco mal el rostro y los dolores aumentaban.
Me encontré de nuevo con el médico y tuvimos una gran discusión en la que le recriminé que no le habían realizado estudios al reingresar.
Empezó a los gritos diciendo que yo era una ansiosa y que no lo dejaba trabajar, porque él tenía otros pacientes y no podía estar solamente atento a mi hijo… a los gritos…
Al poco tiempo, otra doctora que había escuchado los gritos, ingresó al box donde se encontraba Ezequiel y comenzó a revisarlo. Él pudo excplicarle que sentía como cuchillazos en el abdomen.
Apenas salió fué tras Fainstein, lo frenó y le dijo: “Urgente derivá a este chico…”
Él como si nada siguió caminando.
Pero a raíz de esta discusión, comenzó una movilización en la guardia del Hospitalito de Ituzaingó, empezaron a venir enfermeros, gente de laboratorio, le sacaron sangre, también lo llevaron a hacer una placa…y le colocaron un Baxter, que es un antibiótico muy rápido… señal de que Ezequiel tenía una infección importante.
Realmente creí que las cosas iban a cambiar… al rato se me acercó Fainstein y trato de explicarme: Mire señora, lo que pasa es que hay mucho trabajo acá.
Yo entendí que estaba tratando de disculparse.
Me dijo que iban a derivarlo. Que él ya había pedido la derivación. Me mostro la placa y me dijo: acá se ven los cálculos, es un problema de vesícula.
Luego, Fainstein volvió a desaparecer al igual que los enfermeros. Comenzaron a su vez las agresiones por parte de la gente de la Administración, que decían que debían “apuarar la derivación porque esta vieja está rompiendo las p…”
Solo la médica que nombré anteriormente, se mantuvo junto a mi hijo.
La derivación llego recién a las 6.30 de la tarde. A esa altura, Ezequiel ya no soportaba más el dolor. Lo habían pinchado por todos lados. Incluso había vomitado bilis con hilos de sangre.
Se sentía tan mal que no podía siquiera sentarse en la camilla. No podía estar ni sentado ni acostado, de modo que nos trasladábamos muy lentamente.
Nos derivaron al hospital Eva Perón de Merlo. El diagnostico con el que se solicita la derivación fue “abdomen agudo incipiente”.
La medica que estaba con nosotros le dijo: ¿por qué no te sentas bien?, yo le expliqué que estaba muy dolorido, y él le contestó que no podía, que sentía mucho dolor.
Entonces ella preguntó si le habían dado algún calmante o algo… le expliqué que durante toda la noche y lo que llevaba del día habían estado inyectándolo, que de a ratos se calmaba.
Ella dudó de lo que yo le dije porque en la hoja de derivación que le habían entregado no figuraba que le habían administrado ninguna medicación.
Al llegar a la guardia, Ezequiel estuvo desde las 7 a las 7.30 haciendo malabarismos para intentar sentarse.
En determinado momento un médico me dijo, “dígale que se siente”, y le respondí que Ezequiel estaba demasiado dolorido.
En ese momento mi hijo me hizo señas de que quería vomitar. Le dije eso al doctor, que me indicó dónde conseguir algo para llevarle, pero Ezequiel se levantó y vino detrás mío y vomito un poco de bilis.
El médico que lo vio débil, lo ayudo a acostarse…Ezequiel estaba a los gritos, mientras yo sostenía su mano y lo ayudaba también.
Apenas se recuesta, el medico quiso revisarlo y le pregunta: ¿Dónde te duele?
Y cuando lo fue a tocar los ojos de Ezequiel se fueron para atrás. Había entrado en paro.
El médico se dio vuelta y me dijo: señora a mí no me dijeron que este era el cuadro. Me dijeron que era un abdomen agudo incipiente.
Llamó urgente a los enfermeros, los médicos vinieron corriendo, me dejaron quedarme con el sosteniéndole la mano un par de minutos, pero después de que le colocaron el aparatito para medir el oxígeno en sangre y para medirle la presión me pidieron que me retire, y lo llevaron al shockroom.
Lo sacaron del paro.
Me pusieron una silla como a 20 metros, me entregaron su ropa e inmediatamente comenzaron a hacerme todo tipo de preguntas.
Me preguntaron si se drogaba, les respondí que No, bajo ningún punto de vista.
Me dijeron que era terrible como tenía la arteria, que tenía un aneurisma.
Me preguntaron si tenía cáncer, les dije que no.
Me preguntaron si padecía algún tipo de enfermedad que llevara mucha medicación.
Les dije que no, que Ezequiel era un chico sano, normal, con una alimentación normal, que hacia una vida normal para un chico de su edad.
Me negaron eso, diciendo que era imposible, cuando se aseguran de que era como yo les decía, me dijeron que tenía la arteria como si fuera una persona de 80 años que había recibido mucha medicación a lo largo de su vida, o una persona con una enfermedad terminal a la que se le da mucha medicación…Eso fue la consecuencia de la medicación que le habían suministrado durante toda la noche anterior y ese día en el otro hospital…
Me retiraron de ese lugar y fuimos a otro a hablar, donde me dijeron que él estaba muy delicado, que tenía un aneurisma abdominal y que estaban por tratar de suturarlo, es decir llevarlo al quirófano y operarlo, pero su estado era muy delicado.
Volvimos donde estaba Ezequiel, y unos minutos después entro en paro de nuevo.
Entonces, volvieron a realizar todo el procedimiento, yo desde afuera escuché todo, me dí cuenta de todo porque conozco del tema – por haber sido enfermera – Me volvieron a llamar para decirme que había entrado en paro de nuevo y que estaba tratando de sacarlo y que si llegaban a sacarlo de ese paro, iba directamente a quirófano a intentar operarlo, aunque no saben si iban a ser capaces de lograrlo, pero que estaban dispuestos a intentarlo.
El primer paro fue a las 19.30 y el segundo alrededor de las 20. No pudieron sacarlo del segundo paro. Porque reventó el aneurisma y tuvo una hemorragia.
Su muerte fue declarada el 14 de noviembre de 2015 a las 21 horas.
Es decir que desde las 19 horas que llegamos a ese hospital, hasta las 21 hs – con todo esto que paso en esas 2 horas – ellos todavía tenían la intención de intentar suturar la arteria, mientras que en el otro: no aceptaron que me lo llevara, no aceptaron estudios privados (a mi cargo), no lo derivaron oportunamente, y lo tuvieron desde las 19 hs del viernes hasta las 7 del sábado, y desde las 11.00 del sábado hasta las 18:30, sin hacerle nada.
La autopsia dice claramente que Ezequiel fallece de un: paro cardiorrespiratorio producto de un aneurisma abdominal de lento proceder.
Reveló además que sí tenía un problema de vesícula…, es decir que diagnosticaron mal, medicaron mal… produjeron la hemorragia de este aneurisma y lo peor de todo es que cuando se hizo el secuestro de la historia clínica entregaron una hoja de enfermería diferente a la de la foto que sacamos nosotros, en la cual en teoría nunca le aplicaron ningún medicamento.
La denuncia la realice el día 15 de noviembre de 2015, a primera hora de la mañana. Fue una locura todo lo que tuvimos que hacer para evitar que se perdieran las pruebas. Tanto en el establecimiento policial, como en la morgue.
Recién una semana después conseguimos que se lo trasladara y se hiciera la autopsia. (arielt24.sg-host.com cuenta con una copia del resultado de dicha autopsia).
La autopsia concuerda con lo que manifestamos nosotros en la denuncia.
Desde fiscalía, inmediatamente se refirieron al caso como una mala praxis, y caratulan la causa como FAINSTEIN VICTOR JAIME S/HOMICIDIO CULPOSO.
Desde ese momento, las cosas se fueron haciendo como correspondía, secuestro de las historias clínicas en ambos hospitales, y todo lo que se tiene que hacer después… hasta que pasan el caso a la fiscalía de Ituzaingó.
En Ituzaingó lo que sucede es que el hospital es municipal y no tiene un director a cargo, sino que lo dirigen (o lo dirigía) un grupo de 3 médicos que se encuentran trabajando desde el municipio para el municipio, entonces había médicos responsables, pero no un director en el hospital.Así, la responsabilidad recayó en el municipio.
Desde que se pasó la causa a la fiscalía de Ituzaingó comenzaron las situaciones extrañas… la causa se frenó .
Hicimos marchas. Nos amedrentaron policialmente, incluso hemos tenido llamadas telefónicas amenazantes. Pero de todas formas seguimos adelante.
Nos trasladamos pacíficamente hasta la Guardia del hospital, junto a nuestra a abogada y personas conocidas, con la intención de llamar ma atención. Para que esto no quedará en el olvido.
Las siguientes marchas las hicimos entregando panfletos, aunque cada vez se me hacía más difícil en lo físico y en lo anímico. Los días posteriores quedaba muy mal durante días.
La causa volvió a su cauce, luego de las marchas.
La hoja que tenemos fotografiada es parte de la denuncia y es una pieza fundamental en esclarecimiento de los errores cometidos a Ezequiel. Agregamos también los mensajes que mi hijo le envió a sus amigos a través de whatsapp relatando paso a paso lo que le estaban haciendo en el hospital.
Ahora solo resta esperar llegar al juicio… para hacer justicia.
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Hay momentos de nostalgia, de dolor… Pero sé perfectamente que hay que reponerse, por mi familia, por mis hijas que todavía son chicas.
Mercedes Riga, mamá de Ezequiel.
La página de Facebook en homenaje a Ezequiel es: Justicia por Ezequiel
QEPD
Ezequiel era un chico lleno de energía y lo recuerdo con mucho cariño.ojala Dios pueda hacer justicia y que no le suceda a nadie más algo parecido.