A fines de julio de 2012, Gabriel, nuestro hijo de 16 años, comenzó a sentir dolores de espalda.
Luego de unos días de exhibir signos de un cuadro febril lo llevamos a su pediatra. Nos pidió que realizaramos una placa de tórax para poder realizar un diagnóstico.
El resultado mostró líquido en la membrana que rodea a los pulmones (pleura).
Lo llevamos de inmediato a los especialistas en enfermedades pulmonares del Hospital Nicolás Avellaneda (Tucumán), donde Gabriel fue internado ese mismo día.
Estuvo en observación desde el 31 de Julio hasta el 3 de Agosto, para encontrar el origen de sus síntomas.
Luego de cuatro días no se pudo establecer el origen de los mismos, pero por protocolo lo medicaron por una NAC (Neumonia Adquirida en Comunidad) en este caso atípica (porque no presentaba los síntomas característicos como tos, flema o dificultades para respirar).
Como Gabriel no mejoraba y el servicio de Neumonología del Hospital no atendía a nuestro hijo (no sabemos por qué motivo) el Dr. Contreras, al verse sobrepasado por la situación, decidió el traslado a la Unidad de Cuidados Críticos II (UCCII), del Hospital Centro de Salud.
Queremos aclarar que por protocolo, para que un paciente sea trasladado de un hospital a otro, es necesario una causa que justifique el mismo. Sin embargo, a Gabriel lo trasladaron a la UCCII sin un argumento… evidenciando un abandono incomprensible por parte de los médicos del Servicio de Neumonología de la institución.
En la UCCII del Hospital Centro de Salud, le realizaron distintos estudios. El diagnóstico inicial de los profesionales fué “Estafilococo en sangre”.
Sin embargo, despues de que le realizaron una ecografía Transesofágica, los resultados descartaron el Estafilococo.
De todas maneras Gabriel fue sometido a un esquema de antibióticos -muy potentes- de amplio espectro. Su estado era estable, a pesar de no tener diagnóstico preciso, tal vez por su juventud o estado físico.
Lo trasladaron a una sala común de Clínica Médica, el 9 de Agosto. Los médicos a cargo eran los Doctores Tome Guzmán y Víctor Pastrana.
Ellos decidieron cambiar los antibióticos que le estaban administrando, según nos explicaron, porque en ese momento el Hospital no disponía de ellos.
Los días pasaban, y a pesar de todos los tratamientos a los que nuestro hijo era sometido… su cuadro clínico, con dolores de pecho y dificultades para respirar debido a la acumulación de líquido entre los pulmones y el pecho (derrame pleural), no se redimía.
Al promediar el tratamiento antibiótico Gabriel nos dijo que habían dejado de administrarle el antibiótico, al menos por dos días, y descubrimos entonces que los registros de enfermería estaban adulterados, ya que en dichos registros si estaba ingresada la administración normal del mismo, cuando no realidad no se habían suministrado.
Ante esa situación, fuimos a hablar con los medicos a cargo (Drs. Tome Guzmán, Víctor Pastrana y Margarita Bellomio) quienes nos indicaron el gobierno era quién no mandaba los medicamentos…
Obviamente decidimos comprarlo, pero como era un antibiotico de uso intrahospitalario, no se vendía en farmacias.
Fue a raíz de este motivo que hicimos un llamado a la solidaridad a través de canal 10 de Tucumán.
Cuando el Ministro de Salud Pablo Yedlin supo esto, nos envió el medicamento para Gabriel.
En ese momento había muchos problemas y luchas gremiales en Tucumán, entre el SITAS y el Poder Ejecutivo, y nosotros simplemente estábamos en medio de esta controversia.
Aparentemente, por haber hecho pública ésta situación, el Ministerio de Salud inició una auditoria al Hospital Centro de Salud, y desde ese mismo día 24 de Agosto de 2012, el trato de algunos médicos del Hospital cambió para con nosotros, nos aislaban, ignoraban y nos informaban vagamente sobre la salud de nuestro hijo.
El día 27, Gabriel terminó el tratamiento antibiótico,… 30 días después de haberlo comenzado.
El cirujano, Dr. Leguina, tenía previsto hacerle una pleuroscopía para extraer los restos del derrame pleural y practicarle una biopsia. Sin embargo, de manera imprevista suspendieron la pleuroscopía, y los Drs. Núñez, Altieri y Leguina, nos informaron que se la habían suspendido por un diagnóstico de Tuberculosis.
Agregaron además que no nos preocupáramos por la tuberculosis: “no es grave, se hace un tratamiento y todo va a estar bien”.
Frente a tal situación, recurrimos a la infectologa que lo estaba tratando, Dra. Luna, para preguntarle el porqué del diagnóstico, si aparentemente (dentro de nuestra ignorancia) veíamos que nuestro hijo estaba mejorando…ella respondió que habláramos con el Dr. Guillermo Recupero, infectólogo en jefe, porque ella dejaba el caso por viaje.
Buscamos al Dr. Recupero, pero nunca lo encontramos.
Dias después nos enteramos que se había designado para el control del tratamiento de Tuberculosis al Dr. Mario Raya (infectólogo), a quien no conocimos, ya que nunca fue a ver a Gabriel.
El 29 de Agosto nos comunicaron que suspendían el tratamiento para Tuberculosis por que los valores del Hepatograma estaban alterados. Nosotros no teníamos siquiera conocimiento de que ya habían iniciado el tratamiento para tratar la Tuberculosis…
Ante esta situación, la de ocultarnos información, sumado a que en la sala donde estaba Gabriel se encontraban muchos pacientes con Gripe A (en el año 2012 hubo una epidemia), consideramos llevarlo ante especialistas en el tema (Gabriel tenía el alta médica).
El 3 de Septiembre de 2012, concurrimos al Hospital Nicolás Avellaneda, y allí hablamos con la neumonologa, Dra. Stivala.
Ella nos dijo que habia presentado el caso en el servicio de Neumonología y que habian llegado a la conclusión de que lo que Gabriel tenia no era TBC (a pesar del diagnóstico emitido en el Hospital Centro de Salud), y nos dijo textual “quédense tranquilos, porque si tuviera Tuberculosis los seguirían hasta la China para medicarlo”.
Allí supimos que la Ley Nacional 15465 establece que cualquier caso detectado de Tuberculosis debe ser notificado Obligatoriamente ante los organismos pertinentes del Ministerio de Salud de la Nación, y de esta manera, los órganos correspondientes del Sistema Provincial de Salud (Si.Pro.Sa) de Tucumán, pudieran monitorear el tratamiento, para reevaluarlo de ser necesario y evitar que Gabriel lo abandonara.
Además, debía haberse evaluado también la situación sanitaria de la familia que convivía con el paciente, y realizar una quimioprofilaxis si correspondía, tal y como indica el “Programa Nacional de Lucha Contra la Tuberculosis”.
Tres días después, 6 de septiembre, vimos nuevamente a la Dra. Stivala, quien nos sorprendió al comentarnos que había mantenido una charla con el Dr. Leguina del Hospital Centro de Salud, y nos sugirió que regresáramos a ese Hospital para reiniciar el tratamiento contra la Tuberculosis y realizarle una videotorascopía (cirugía para eliminar los restos del derrame pleural) a Gabriel, sin darnos más explicaciones.
Asombrados por el cambio de actitud, fuimos al servicio de Neumonologia del Hospital para conversar con los jefes del servicio, el Dr. Héctor Sale y el Dr. Omar Díaz.
Ellos revisaron a Gabriel, analizaron los estudios realizados y decidieron, ante nuestro asombro, NO reiniciar el tratamiento para Tuberculosis, contradiciendo nuevamente el diagnóstico del Hospital Centro de Salud y la recomendación de la Dra. Stivala. Sin embargo, nos advirtieron que debíamos estar atentos por si aparecía algún síntoma de Tuberculosis.
Nos ordenaron concurrir cada 15 días al Hospital para controles en los consultorios externos y preguntar específicamente por alguno de ellos dos (Dr. Sale o Dr. Díaz).
Durante 2 meses hicimos todos los controles quincenales.
El 13 de Noviembre, en uno de los controles, comentamos al Dr. Díaz que nuestro hijo tenía dolor de cabeza y un poco de fiebre…él decidió internarlo de manera inmediata.
Ahora sabemos que, ese fué el momento en donde el Dr. Omar Díaz se dió cuenta del error cometido. Al haber detenido el tratamiento para el TBC un par de meses antes.
Los síntomas que Gabriel evidenciaba eran de una Meningitis Tuberculosa ya irreversible. Si decidía reiniciar el tratamiento ahora, el pronóstico más probable era que, debido al tiempo perdido, quedaran gravísimas secuelas neurológicas o el fallecimiento de mi hijo.
Increíblemente decidieron NO reiniciar el tratamiento y ocultar lo sucedido hasta ese momento, abordándolo deliberadamente como un Paciente Nuevo.
Aquí se acaban los actos de Desidia, Impericia y Negligencia, y comienzan los Actos Criminales para encubrir todos los errores cometidos por los profesionales de ambos Hospitales.
A Gabriel lo internaron en el Hospital Avellaneda, el 13 de Noviembre del 2012. Las neumonólogas a cargo esta vez, fueron la Dra. Rovarini y la Dra. Espeche.
Advertimos que lo estaban medicando con antibióticos de amplio espectro y con medicación para Gripe A (sin tener ningún síntoma de la misma y sin aplicar el protocolo para esta enfermedad), y la respuesta que recibimos fue que no tenían resuelto el origen de la fiebre y la cefalea.
Ante esta situación tratamos desesperadamente de hablar con la Dra. Rovarini, pero ella simplemente nos ignoró.
Buscamos al Dr. Díaz, quien respondió que ya no tenía nada que ver con el caso, que la encargada era la Dra. Rovarini…
Al tercer día de internación, 16 de noviembre, Gabriel comenzó con vómitos incontenibles, con importantes rastros de sangre.
El gastroneterologo que lo asistío, Dr. Rodolfo Carbonetti, nos dijo que el vómito se debía a una aguda Gastritis Medicamentosa consecuencia de LA GRAN CANTIDAD de medicación que le estaban suministrando. Sugirió realizar una interconsulta con un neorólogo, cuando Gabriel manifestó síntomas de visión doble… sin embargo su opinión no fue tomada en cuenta.
La Gastritis que le produjo a nuestro hijo la Dra. Rovarini fue tan grave que Gabriel no pudo alimentarse normalmente los restantes 15 días.
Dada la situación de nuestro hijo, el Dr. Sale se comunicó con el Dr. González (jefe de la UCCII del Hospital Centro de Salud) para que admitiera (nuevamente) a nuestro hijo en esa Unidad.
En el pedido de derivación (que firman los Drs. Sale, Díaz y demás médicos del Servicio de Neumonología) detalla una sospecha de Linfoma, pero no menciona en ningún momento el diagnóstico y tratamiento discontinuado de Tuberculosis, ni el diagnóstico de Gastritis Medicamentosa, verdadero motivo de su derivación.
Tampoco hace referencia al pedido de interconsulta con un neurólogo, y principalmente omiten deliberadamente informar sobre el control quincenal efectuado por ellos los últimos dos meses.
Gabriel fue ingresado el 21 de noviembre de 2012 a la UCCII del Hospital Centro de Salud, que era lo acordado con los médicos del Hospital Avellaneda. Estuvo consciente en todo momento… nos advirtió que lo tenían abandonado a tal punto de no asearlo ni alimentarlo correctamente…
Solicitamos el traslado de nuestro hijo al Hospital Garraham, porque allí no hacían nada para curarlo. Obviamente este pedido, era imposible de concretar por que se descubriría en el Hospital Garraham la Meningitis Tuberculosa.
Al día siguiente, 23 de Noviembre de 2012, regresamos a UCCII y le reclamamos al jefe de esa Unidad la falta de atención a nuestro hijo. La discusión fué tan acalorada que incluso el sub-director del hospital se metió en la disputa.
Como represalia, retiraron a Gabriel de la Unidad de Cuidados Críticos, y lo enviaron a una sala común (no hay antecedentes de que un paciente ingresado a una unidad de cuidados críticos sea retirado de esa Unidad de un día para el otro sin un diagnostico).
A partir de ese momento, tuvimos que firmar cada medicación que le administraban a Gabriel, hasta una simple aspirina, por órdenes expresas de la Dirección del hospital.
Los únicos medicos que controlaban a Gabriel eran medicos residentes.
Casi todos los médicos del hospital estaban al tanto de la situación, sin embargo, los últimos nueve días de vida de Gabriel no le hicieron ningún estudio significativo, ni vino a verlo ningún especialista…
Los cuidados que recibía no eran para curarlo sino, de alguna medida, para evitar su sufrimiento.
El día que Gabriel se descompensó por la Meningitis Tuberculosa, solo había médicos residentes que tenían órdenes de solicitar autorización al Dr. Nicasio Herrera jefe de piso, para todo lo que necesitaran hacer con nuestro hijo.
La Dra. Medina, jefe de residentes, trató de comunicarse desesperadamente con su superior el Dr. Herrera, varias veces, pero no lo logró.
La Dra. Taboada presentó el caso de nuestro hijo en UCCII, pero los médicos a cargo no lo recibieron y a raíz de esto la Dra. Medina lo derivó al Hospital Padilla.
Cuando Gabriel ingresó al Hospital Padilla el 30 de noviembre, ningún médico tenía conocimiento del caso, y nos cuestionaron porque Gabriel se encontraba en ese estado de abandono (tenía una Hidrocefalia avanzada sin tratamiento debido a la meningitis tuberculosa).
Le contestamos que Gabriel había sido derivado desde el Hospital Centro de Salud. Se sorprendieron ya que Gabriel no tenia siquiera colocada una vía central y no estaba siendo alimentado por sonda como correspondía en estos casos de prolongada internación.
Lo recibieron, le realizaron una tomografía computada y diagnosticaron Hidrocefalia cuatriventricular, un cuadro neurológico de 24 a 48 hs. de evolución con sospecha de Meningitis.
Después de la Tomografía le realizaron una punción lumbar TOTALMENTE CONTRAINDICADA PARA EL CUADRO NEUROLÓGICO QUE GABRIEL ESTABA CURSANDO, QUEDANDO DESPUES DE ESTA PRACTICA EN UN ESTADO DE COMA IRREVERSIBLE, tomaron muestras de líquido cefalorraquídeo para analizar, una en ese Hospital, otra particular y por ultimo una en el Hospital Avellaneda.
En el laboratorio particular los resultados indicaron una Meningitis Tuberculosa.
El infectologo, Dr. Juan Manuel Núñez , nos informó que el Director del Hospital Centro de Salud se había comunicado con el Sub-Director del Hospital Padilla, el motivo: para que no hicieran referencia sobre la Tuberculosis a los familiares…y en la Historia Clínica.
Así, Gabriel entró en coma, el pronóstico del neurólogo que lo atendió no era tan grave para quedar en estado de coma…
Finalmente…,Gabriel falleció el 05 de diciembre de 2012, después de cinco días en estado de coma, sin un diagnóstico preciso.
Aquí queda demostrada la tortura y el sufrimiento al que fue sometido Gabriel hasta su muerte.
El Dr. Núñez y la Dra. Srur médica terapista están siendo investigados por adulteración de documento público (historia clínica).
Sospechosamente el Hospital Padilla extravío durante la investigación la Historia Clínica…
Queremos remarcar que de todo lo relatado hasta aquí está respaldado con pruebas documentadas, cada uno de los eventos de este relato tiene una prueba que lo avala; por este motivo es que actualmente, a pesar de la lucha contra la justicia corrupta de Tucumán que lleva cuatro años tratando de ocultar lo sucedido, logramos que se impute a 12 (doce) profesionales médicos de alto rango pertenecientes a los tres hospitales más importantes de Tucumán, esto en la causa principal, pero además hay una causa abierta contra el Ex Ministro de Salud de la Provincia Dr. Pablo Yedlin, otra causa abierta contra la Junta Medica Forense del Ministerio Publico Fiscal por Falso testimonio y encubrimiento, otra causa abierta contra el Ex Ministro de Salud de la Nación Dr. Juan Manzur (actual gobernador de Tucumán), además un expediente administrativo en asuntos disciplinarios del Ministerio de Salud de Tucumán que ya lleva 6 (seis) años y no lo quieren resolver por la gravedad de los hechos que demuestran la corrupción del Sistema de Salud de la Provincia.
Debemos agradecer a la ayuda de la Oficina de DDHH de la C.S.J.T especialmente a la Dra. Laura Termine; a la Universidad Nacional de Córdoba al Dir. Del Hospital De Clínicas Dr. Alberto Calantoni quien decidió, sin estar obligado, formar una Junta Médica para dictaminar sobre la causa penal; a los referentes del Ministerio de Justicia y DDHH de la Nación en Tucumán; al periodista José Inesta corresponsal de TN en Tucumán que a pesar de ser amenazado realizo un informe sobre el caso y por ultimo al Dr. Saúl Werenitzky nuestro perito de parte que se tomó el trabajo de buscar información de sus colegas de diferentes países para poder realizar su dictamen pericial, todos ellos trabajaron sin cobrarnos un centavo por sus trabajos.
Myriam Ruiz y Carlos Salomón, padres de Gabriel Salomón.
A continuación el video del informe sobre el Caso de Gabriel Salomón
Terrible corrupción e impunidad en Tucumán
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