Mi hijo nacio con una deficiencia a raiz de una meningitis meningococo que tuvo al año y medio. Como consecuencia de esto, era discapacitado, epiléptico y ezquizofrénico. No hablaba y tenía 26 años al momento en que ocurrió lo que voy a relatar a continuación.
Por esas razones, yo vivía por y para él.
Lo cuidaba de todo, estaba siempre muy atenta a cualquier acontecimiento que pudiera repercutir en su salud. Tuvo muchos controles neurológicos durante sus años de vida y era medicado específicamente por su estado.
Siempre fuí una madre muy cuidadosa con la salud de mi hijo.
El día 30 de Diciembre de 2016 Gastón estaba descompuesto y tenía 40 grados de temperaturo. Lo llevé a la guardia del Hospital San Juan de Dios. El diagnostico fue infección urinaria y neumonía. Le recetaron antibióticos y nos mandaron de vuelta a casa.
Me aconsejaron nebulizarlo ante cualquier dificultad respiratoria que pudiera presentarse
El 4 de Enero de 2017, si bien estaba con antibióticos y nebulizaciones, el cuadro se mantenía practicamente igual. Seguía tosiendo mucho, le faltaba oxígeno y por esa razón decidí llevarlo nuevamente al hospital.
Tomamos un remis para trasladarnos, eran la 13:45 hs aproximadamente. Recuerdo que el remisero ayudó a bajarlo y nos acercamos caminando en busca de atención médica.
En cuando lo atienderon, intenté trasmitirles los problemas neurológicos de mi hijo y los medicamentos que tomaba. Pero practicamente no me dejaron hablar. Me comunicaron que le iban a administrar oxigeno para ayudarlo a respirar mejor. Gastón entró sólo a la sala y yo me quedé esperando afuera. Creyendo que lo iban a acostar en una camilla para suministrarle oxigeno.
Luego de media hora más tarde, se acercaron los médicos para decirme que mi hijo había tenido un paro cardíaco. Y que en ese momento estaban intentando sacarlo del segundo paro.
Para cuando ingresé a verlo, Gastón estaba muerto.
Me informaron que había vomitado y que su estado al llegar al hospital era prácticamente irreversible.
Desorientada y sin entender que estaba pasando , me sorprendí al darme que cuenta que el hospital habia iniciado una denuncia en mi contra, donde se me acusaba a mí de la muerte de mi hijo.
A causa de esto, me llevaron a la comisaría a declarar. Alejandome, cruelmente, del cuerpo inerte de mi hijo que yacía sólo en ese hospital.
Durante las cinco horas que demoró este proceso, tuve la oportunidad de pensar sobre lo ocurrido.
Contacté a una abogada y entre las evasivas por parte del hospital, pedí la ropa de mi hijo.
Se secuestro posteriormente la historia clínica de Gastón como evidencia de la negligencia médica ocurrida ese día.
El hospital fue demandado y ya se inició el juicio donde hay 4 implicados.
La autopsia que se realizó hace pocos dias reveló que Gastón tenía una neumopatía, no neumonía.
También fué evidente que las horas que no estuve junto al cuerpo sin vida de mi hijo se utlizaron para ocultar evidencias.
Se negaron a presentar la filmación de las cámaras de seguridad, los registros de libros…
Mi nene se había vomitado y quise recuperar su ropa para analizar el vómito con el objetivo de aclarar los hechos. Pero fue imposible ya que el hospital nunca nos proporcionó las prendas que Gastón llevaba ese día.
Con las complicaciones que mi nene tenía a diario, pude entender que algún día Gastón partiría. Pero no de esta manera…
Lo extraño tanto…como dije, vivía por y para él, y hoy no lo tengo…me dejaron vacía.
QEPD
Patricia Barrientos, mamá de Gastón Eduardo Díaz.
Lo siento mucho señora. Dios le de resignación y le ayude a hacer justicia .