Tu Historia Mala Praxis

Héctor Occhiuzzi | Tu Historia Mala Praxis Médica

Héctor Occhiuzzi

Él era mi papá. Un hombre como cualquier otro, que se levantaba a trabajar y volvía a su casa, de la casa al trabajo, del trabajo a su casa, esa era su rutina. 

Un 27 de julio de 2020, plena pandemia, llegó a su trabajo como cualquier día, pero este fue distinto al resto… 

Hacia unos 3 días tenía una tos seca, una tos que sintió que no era normal y decidió atenderse en la guardia de su trabajo, (él trabajaba en la parte de mantenimiento de un hospital.

Se encontró con una leve neumonía y debió quedar internado y medicado. Al día siguiente, nos enteramos que le habían hecho un test y había dado positivo para Covid. 

Durante esos días de internación, exactamente una semana, le realizaron estudios de rutina, donde uno fue una TAC (tomografía computada) y ahí comenzó todo… 

Luego del resultado de la TAC, nos dijeron que debía realizarse una biopsia ya que en uno de sus pulmones había una “mancha” que debía evaluarse en profundidad con una serie de estudios.

Después de la biopsia, nos enteramos que papá tenía cáncer de pulmón. 

Obviamente teniendo la “ventaja” de trabajar en ese hospital mi papá y yo, (yo administrativa), tratamos de agilizar y adelantar turnos para que comenzara lo antes posible con su quimioterapia. 

Lo logramos, le dieron fecha para su primera quimio el día 20 de octubre de 2020. 

Estábamos contentos porque sus laboratorios estaban bien; su TAC, actualizada al 19 de octubre de 2020, daba como resultado que el cáncer seguía en el mismo lugar, no había avanzado y que estaba todo listo para empezar la tan esperada quimio al día siguiente. 

Ese mismo 19 de octubre, una noche antes a su quimio, papá comenzó a decirnos que tenía la sensación de miedo por empezar al otro día su tratamiento. Como hijos, como familia lo apoyamos, lo consentimos, pero no fue suficiente para él, y quiso que lo llevaramos a la guardia. 

Mi hermano acompañó a papá a la guardia… y fue la peor decisión que pudimos haber tomado. Lo llevamos directo a las peores manos. 

Una médica, que ni siquiera revisó su Historia Clínica, nos dijo “tu papá no tiene nada, solo miedo”. 

Las únicas palabras de mi papá esa noche fueron “tengo miedo”, tuvo los típicos síntomas de un ataque de pánico. 

Aunque  su ataque de pánico era mas que evidente, la médica decidió suministrarle la maldita morfina. 

Esta doctora actuó por su cuenta, ya que nosotros no tuvimos la oportunidad de decidir, ella decidió sobre la vida de mi papá, ella decidió arrancarme lo más preciado que tenía. 

Al ver como mi papá de un instante a otro se descompenso por completo, corrí hacia la doctora a preguntarle  que le estaba ocurriendo. 

Mi papá estaba saturando bien y su presión arterial estaba normal,  ¿porque de pronto cambió todo tan drásticamente? … la doctora nos dijo“la morfina suele bajar un poco la presión”… 

Quede en shock. Sin saber qué hacer. Papá no necesitaba esa morfina, no estaba con dolores, solo fue a la guardia para que alguien de salud mental lo atendiera y lo evaluara para poder calmar o “tranquilizar” su estado emocional.

Sentí el grito de mi papá desde el shock room donde estaba, porque habían  querido intubarlo sin anestesia – la medical no estaba autorizada ya que no era terapista, sino clínica.

Lo vi a mi papá y él ya no estaba, había entrado en paro, lo reanimaron por más de 40 minutos, le grite…pero papá no me escuchó, mi papá se fue ese día…

Se fue por la mala administración de una medicación que nosotros no pedimos, y por la cual no firmamos un consentimiento.

Esta doctora decidió por mí, por mi hermano y por la vida de mi papa. Y todo ese esfuerzo y sacrificio que habíamos hecho para que llegara a esa tan esperada quimio quedó trunco.

Mi papa falleció ese tan esperado 20 de octubre de 2020, 6 horas antes de su quimioterapia. 

Yo me quedé sin papá, sin trabajo porque renuncie después de haber confiado en mis compañeros de tantos años, quienes me fallaron… me arrebataron a mi gran amor, mi papá. 

Me quitaron una parte de mi vida y me dejaron en un mundo lleno de dolor, en un mundo vacío, de tristeza. Pero aun así estamos firmes, de pie, buscando la tan deseada y tardía JUSTICIA. 

 

Noelia E. Occhiuzzi 

Hija de Héctor Occhiuzzi

 

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