Tu Historia Mala Praxis

Jessica de Chaco | Tu Historia de Mala Praxis Medica

Hola, mi nombre es Silvia, soy de General José de San Martín, un pueblo de Chaco.

Quiero compartir mi historia de mala praxis. Quiero contar hoy lo que pasó con mi hija Jessica Elizabeth Lencina… tenía 17 años.

Todo empezó un domingo donde Jessica sintió un fuerte dolor de estómago.

Fuimos al hospital, donde después de revisarla le indicaron un inyectable, el cual colocaron en el mismo hospital.

Ella no sentía mejorías y pidió hacerse un control más completo por lo que el martes, acompañada por su papá, fue hasta el sanatorio central, donde la atendió el Dr. Sánchez.

Este medico le solicitó unos análisis y una ecografía.

Se hizo todos los estudios… y la ecografía mostró que Jessica tenía una piedra en la vesícula.

El médico, que era además cirujano, habló con ella y con su papá para programar una cirugía y extraer la piedra.

Nos preparamos y Jessi se realizó los análisis pre-quirúrgicos, los cuales salieron todos bien.

La cirugía estaba programada para el 10 de julio del 2017.

Ella se internó ese día a las 11 de la mañana, y alrededor de las 17 horas nos despedimos con un beso, le dije “Te Amo” … y ella me dijo: “Yo también má” …, no sabía que eso iba a ser lo último que iba a escuchar de mi Jessi.

Las horas pasaron… la espera se hizo eterna… nadie había salido a decirnos nada… solo veíamos que pasaban todos los médicos por nuestro lado y ninguno decía nada.

Le pregunté al papá de Jessi, que es enfermero, cuál podría ser el motivo por el cual se tardaban tanto… no supo responderme… ninguno de nosotros tenía idea de lo que estaba pasando.

En ese momento nos llamaron los doctores y nos dijeron que había habido una complicación en la cirugía… que por error habían cortado la aorta abdominal… y agregaron que no era nada grave que no teníamos que preocuparnos, que ya la habían estabilizado…

Yo no sé nada de medicina, y creí lo que ellos dijeron…nos preguntaron si queríamos pasar a verla, entró su papá…

Al salir de la sala, me dijo: “la vamos a trasladar a Resistencia, le han hecho un desastre“.

El dolor y el miedo que sentí en ese momento no los puedo explicar.

Este hospital tenía su propia ambulancia, equipada, pero no la ofrecieron en ningún momento, tuvimos que pedir una ambulancia de otro hospital para poder derivarla.

En la ambulancia estábamos, un enfermero, el papá de Jessi, Jessi y yo.

Ellos, su papá y el enfermero, fueron haciendo todo tipo de maniobras, hicieron lo que pudieron durante los 120 km que nos separaban de Resistencia… porque el doctor ni siquiera salió a ver en qué condiciones se realizaba el traslado… después del tremendo error cometido la dejaron a mi Jessi a la buena de Dios.

Llegamos a Resistencia, al Sanatorio CORDI (lugar al que fue derivada) como a las 12 de la noche.

Nos recibieron como si fuera un traslado “normal”, no había nada preparado.

Supimos después, que el médico que llamó avisando del traslado solo les había dicho que era necesaria una habitación…  nunca informó el estado en el que estaba Jessi… ¡ella necesitaba una cirugía de urgencia!

Mientras esperábamos, yo rezaba, rogaba que no la movieran más porque Jessi estaba muy mal…

Con el pasar de los minutos llego un médico cirujano… él fue quien trato de cerrar los cortes que le habían hecho en la primer cirugía… cerrar los dos cortes que tenía Jessi en la aorta abdominal.

Una hora más tarde, aproximadamente, salió del quirófano para hablar con nosotros.

Nos dijo que Jessi había llegado con un 90% de muerte y un 10 % de vida… que solo un milagro la salvaría porque era muy difícil reparar el daño que tenía.

Sentí que el mundo se derrumbaba, pedí tanto a Dios que la salvara, pero era tarde… el daño que le habían provocado había sido tremendo… habían destruido todos sus órganos, su sangre no coagulaba… ya nada se podía hacer…

El 13 de julio del 2017, a las 7 de la mañana los doctores nos llamaron y nos avisaron que Jessi había fallecido… y con ella parte de mi.

Sigo llorando y pidiendo a Dios, quiero justicia por mi Jessi… ella era mi única hija mujer… tenía muchos sueños por cumplir… estaba terminando su quinto año.

Ella era todo para mí y la arrancaron de mí lado en un abrir y cerrar de ojos…

Lo más triste es que esos “doctores” siguen trabajando y no se hacen cargo de nada… todos se lavan las manos.

Si bien decidí iniciarles juicio… sigo a la espera de novedades… la justicia para las víctimas es muy lenta, pero sé que existe un Dios y seguiré pidiendo JUSTICIA por mí Jessi.

 

Silvia Soledad Ojeda, mamá de Jessica

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