MI HISTORIA
Errores Médicos | Mala Praxis
Pertenezco a una ínfima minoría, no sólo en mi país, sino en todo el mundo. Si nos juntáramos todos los familiares de víctimas en la cuáles se colocó vincristina equivocadamente por vía intratecal, no llenaríamos una cuadra. En principio, porque hay pocos casos en el mundo, aproximadamente 200 hasta la fecha, sino que también porque en general son pocas las veces que los médicos reconocen su error.
Pero a su vez, pertenezco a la inmensa población que de una u otra forma se vió afectada por el mal accionar de las prácticas médicas o mala praxis.
En Estados Unidos la tercer causa de muerte es por mala praxis médica.(1) Mueren porque de una forma o de otra alguien se equivoca en el diagnóstico, tratamiento, cuidados, etc.
Pueden imaginarse entonces, qué lugar ocupa la malapraxis médica en la Argentina. Digo imaginar porque no hay estadísticas actuales sobre el tema (2). Pero si uno se pone a recorrer lo que es el Gran Buenos Aires o el interior del país, los hospitales públicos o las salitas donde se atiende la gente de bajos recursos, se puede suponer que los errores médicos podrían llegar a los primeros puestos en causales de muerte.
Ética Médica
Pensar que la Ética médica funcione como regulador cuando un hecho de este tipo ocurre, es tan inocente como pedirle a una persona que vaya al banco a realizar un depósito cada vez que realiza una infracción de tránsito.
La ética médica se basa en que el doctor que realizó el error tenga la obligación de juzgarse a sí mismo de los hechos cometidos, exponerlo a la vista de sus superiores, de otros médicos y lo que es peor a la vista de los familiares de la víctima.
Para resumir, esto pasa con muy poca frecuencia.
En mi experiencia personal, el Sanatorio (3) en donde estaba internada mi madre, y en donde se cometió el “accidente” el cual le costó la vida, reconoció la equivocación.
Pero cuando después de unos meses de internación, los médicos que habían cometido y admitido el error, seguían deambulando y realizando las mismas prácticas médicas que hacían antes del hecho, conversando con uno de los doctores de la institución sobre el tema contestó lo siguiente: “cuando un integrante de la familia comete un error no se lo echa de la casa”.
El error al que ese médico se estaba refiriendo, era el causante de dolores indescriptibles en la piernas de mi mamá, tanto que nos podía aguantarlas y me pedía por favor que la ayudara.
Ese error le había sacado el movimientos de los miembros, tanto de las piernas como las manos. Ese error la mantuvo casi 5 meses en estado vegetativo. Sin tener un solo movimiento, una palabra o una mirada.
En difinitiva ese error era el que le había sacado la vida a mi mamá y los involucrados en el hecho como si nada.
Lo único que quedaba de ella era el calor de sus manos, y en honor a ella, el logo de esta página.
Es posible pensar entonces, a raíz de las declaraciones del doctor antes mencionado, que los mismos colegas sean los que habilitan a ocultar las equivocaciones cometidas por otros pares.
Es más, en estudios actuales sobre malapraxis, los investigadores aseguraron que quienes cometan errores médicos no deben ser castigados o llevados a instancias legales, porque prácticamente nadie expondría las equivocaciones en el futuro.
Ellos explican que la mayoría de esas fallas corresponden a problemas sistémicos, incluyendo falta de coordinación en la atención del paciente, la ausencia de redes sanitarias y otros protocolos.
Lo que resta por decir, es que todos los protocolos y demás problemas enunciados fueron hechos por personal médico, supuestamente expertos en el tema. Siempre hay una persona atrás de cada sistema, de cada red y de cada protocolo.
En resumen, no podemos confiar de la Ética Médica y tampoco podemos fiarnos de los pares para considerar cuando el accionar de los profesionales de la salud es incorrecto.
En definitiva, qué podemos hacer?
Sólo el 6% de los juicios que se realizan llegan a una condena firme.(4)
Principalmente porque se realizan acuerdos entre las partes para otorgar una compensación económica por el error cometido por las instituciones, médicos, enfermeros, etc.
Pero quien paga realmente estas “compensaciones”?
Todos los médicos tienen la obligación de contratar un seguro para hacer frente a estos “accidentes”.
Es en este punto donde el balance entre el poder que ejercen las grandes corporaciones y los pobres familiares afectados por una negligencia médica, puede equilibrarse.
Hace algunos años, el accionar de las empresas de seguros cambió. De ser unos meros banqueros, donde su actuación yacía únicamente en indemnizar a los damnificados, pasaron a recomendar y a sugerir que se actúen correctamente. Utilizando los protocolos adecuados, personal capacitado, etc.
Es de suponer que este cambio disminuya la pérdidas ocasionadas por la mala praxis médica, pero a su vez satisface nuestro objetivo.
Que se cometan menos errores
Que la atención sea la adecuada
Que volvamos a ser pacientes de nuevo, en lugar de un número en la pizarra.
Que en definitiva, hagan su trabajo correctamente.
Para que las aseguradoras actúen sólo basta con iniciar la denuncia.