El uso excesivo de antibióticos es un problema enorme y creciente en todo el mundo. La utilización inapropiada de estos medicamentos que salvan vidas también pueden poner en riesgo porque el uso excesivo acelera la aparición de bacterias resistentes, que no se pueden detener con medicamentos.
Casi la mitad de los pacientes que acuden a los centros de urgencia de los Estados Unidos, buscando tratamiento para la gripe, el resfriado u otras afecciones que no requieren antibióticos, recibieron igualmente una receta médica. Eso es tres veces más frecuente que los antibióticos que se prescriben a pacientes con las mismas enfermedades en consultorios médicos tradicionales, según un estudio publicado recientemente en la revista JAMA Internal Medicine.
Los pacientes que reciben antibióticos innecesarios corren el riesgo de sufrir efectos secundarios graves, incluso con una sola dosis del medicamento, de acuerdo a los médicos. Si no se controla, según un informe del Reino Unido, las bacterias resistentes a los antibióticos podrían causar 10 millones de muertes cada año en 2050, más que el número de personas muertas por cáncer, a un costo de USD 100 billones para la economía mundial.
Las bacterias resistentes a los antibióticos han desarrollado la capacidad de resistir a los medicamentos que deberían detenerlos. Es parte del problema más amplio de la resistencia a los antimicrobianos, que incluye antibióticos y medicamentos para combatir las infecciones por hongos, virus o parásitos. Si estas medicinas que salvan vidas se vuelven ineficaces por las superbacterias resistentes a múltiples fármacos, incluso las infecciones más leves serían intratables.
En Estados Unidos, casi un tercio de los antibióticos (o cerca de 47 millones de prescripciones dispensadas cada año) en consultorios médicos, salas de emergencias y clínicas hospitalarias no son necesarios y no son efectivos, según un estudio de 2016 de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) y Prevention and the Pew Charitable Trust.
Analizaron los reclamos de seguros de una base de datos de 2014 de más de 156 millones de visitas de pacientes a centros de atención de urgencias, clínicas minoristas, departamentos de emergencias de hospitales y consultorios médicos.
Los datos muestran que las clínicas de atención urgente y minoristas son “una fuente poco reconocida de prescripción inadecuada de antibióticos”, según un comentario que acompaña al artículo titulado Prescripción excesiva en clínicas de atención de urgencias: lo rápido y lo espurio.
Los investigadores se centraron en las afecciones respiratorias que no responden a los antibióticos, como los resfriados, la bronquitis, el asma, las alergias, la gripe y la neumonía viral. Los centros de atención urgente prescribieron antibióticos en casi el 46 por ciento de las visitas para estas afecciones. Esa tasa fue casi tres veces mayor que el 17 por ciento prescrito para diagnósticos inapropiados de antibióticos en consultorios médicos tradicionales, y casi el doble que la tasa en los departamentos de emergencia.
Opiniones
“Es una instantánea del mundo real que nos dice que tenemos mucho trabajo por hacer”, señaló Helen Boucher, una doctora en enfermedades infecciosas del Centro Médico Tufts de Boston, que no participó en el estudio. “Los centros de atención de urgencias están creciendo a pasos agigantados en esta era de consumismo y las personas quieren todo ahora”.
Cabe aclarar, que en los Estados Unidos, las clínicas minoristas están integradas en tiendas comerciales, grandes supermercados y cadenas de farmacias. Las clínicas de atención urgente generalmente tratan lesiones o enfermedades que no requieren una visita a la sala de emergencias.
El aumento de los centros de atención urgente, una industria de USD 18 billones con más de 8.000 ubicaciones, se ha visto impulsado por la conveniencia de las horas de la tarde y el fin de semana, la proximidad y los menores costos que supone una visita al médico general que una visita a urgencias.
Conclusiones
El sistema de salud actual a nivel mundial, no está administrada por médicos. Es el imperio farmacéutico quién impone las reglas de nuestras vidas en la actualidad.
Existe una correlación, entre la industria farmacéutica y las enfermedades, de las más lucrativas de la história. Esta industria supera en márgenes de ganancias a los bancos, automotrices y petroleras según la revista Forbes. Sólo superada por la industria Militar.
Las enfermedades generan ganancias, es por ello que las farmacéuticas, se encargan de desarrollar medicamentos que generen dependencia y constancia en el consumo de los mismos.
La producción de medicamentos que “realmente” curen no son de interés para esta industria, ya que los dejaría fuera del negocio.
Farmacéuticas y los profesionales de la salud
Existe un adoctrinamiento de los profesionales de la salud para que prescriban determinados fármacos en lugar de otros. Incluso llevan un recuento de los medicamentos recetados por cada médico. Premiando a quiénes más ganancias le generen.
Los congresos, tanto en el interior como en el exterior del país, son auspiciados por laboratorios. Las invitaciónes tanto en pasajes aéreos como en hotelería son costeados por estas empresas.
Los tentáculos de la red que generan día a día, es muy extensa y fué ingeniosamente diseñada para producir beneficios.
Un dato curioso, es que las compañías gastan en marketing dos veces más que en la investigación para el desarrollo de medicamentos.
¿Existe cierta ética o valor en estas empresas? ¿Su objetivo es mejorar nuestra salud?
¿Son los médicos rehenes de la situación?
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Algunos médicos son rehenes y otros cómplices del sistema impuesto por los laboratorios.