Un protocolo médico es documento que describe en resumen el conjunto de procedimientos técnicos necesarios para la atención de una situación específica de salud. Son guías que definen la atención o cuidado que ha de recibir el enfermo.
Sin embargo resultan inservibles e ineficientes en el momento que más se necesitan.
El doctor Peter Pronovost, mientras trabajaba como especialista en cuidados intensivos del Hospital Johns Hopkins, anotó en una hoja de papel todos los pasos requeridos para evitar la infección que casi termina con la vida de un paciente. Eran pasos sencillos, pero descubrió que los médicos se saltaban al menos uno de los pasos en una tercera parte de los pacientes.
Las indicaciones médicas, los guías preestablecidas y todas las precauciones que deben tomarse se esfuman en segundos cuando la mente humana realiza acciones repetitivas. La falsa confianza, las distracciones, las interrupciones, el estrés son sólo algunas causas de errores en el ámbito médico.
Hay más de 50 millones de intervenciones quirúrgicas al año en los Estados Unidos, con 150.000 muertes posteriores a la cirugía. Al menos la mitad de las muertes y complicaciones graves podrían evitarse. (Vale la pena aclarar que en Argentina no hay estimaciones oficiales de errores médicos).
Específicamente en el caso de la muerte de mi madre, internada en el Sanatorio Mater Dei a fines del 2016 tras encontrarse una cantidad excesiva de glóbulos blancos en sangre. Se diagnosticó Leucemia Linfoblástica Aguda y en la primer intervención de quimioterapia se le introdujo un líquido tóxico y mortal a través del liquido cefalorraquídeo (LCR).
La aplicación de la vincristina por vía intratecal da lugar a neurotoxicidad letal y conduce inexorablemente a la muerte.
Desde hace mas de quince años se conocen los efectos de este alcaloide aplicados erróneamente. Sin embargo, ninguno de los controles y protocolos aplicados fueron efectivos.
En el juicio penal entablado por la familia contra los médicos y enfermeras de Sanatorio Mater Dei, el perito por parte de los acusados, el Dr. Ravioli y la forense Dra. Preibisch indicaron que “la medicación vincristina no debió estar en esa bandeja, al momento de aplicar la medicación”.
La enfermera Beatriz Ríos que asistió en el procedimiento no debió llevar esta medicación a la sala.
A su vez, el neurocirujano el Dr. Besasso fué el encargado de realizar la administración de la vincristina por la vía equivocada. A pesar de su lastimosa confesión “en todos los casos en que yo había intervenido en el Mater Dei, había administrado la medicación intratecal con tres jeringas que contenían, separadamente, metotrexato, citarabina y dexametasona. Y en este caso, como siempre había ocurrido
en las veces anteriores, también tenía sobre la mesa estéril tres jeringas de igual color y características que las de siempre.
Entonces administré la medicación (la inyecté a través de la aguja de la punción) como siempre lo había hecho y en el orden habitual (primero el metotrexato, de color amarillento, y luego las otras dos, incoloras). La tarea de tomar las jeringas, conectarlas a la aguja de
la punción e inyectar sus contenidos por esa vía, insumes segundos (menos de un minuto).
Terminada la tarea me saqué el camisolín y los guantes estériles y conversé con la paciente”.
“Es que el Dr. Pombo, el hematólogo que prescribiera la punción y la administración de la medicación, había dispuesto que la
citarabina y la dexametasona se colocaran en una sola jeringa y no en dos como era costumbre”.
El Dr. Besasso a pesar de haber declarado instruirse previamente acerca de las indicaciones del hematólogo, realizo la punción como le era habitual. A pesar de que ese error terminara con la vida de un ser humano.
El día 29 de Noviembre de 2006 a las 23.45 hs. el Dr. Besasso informó de forma cobarde y engañosa en la historia clínica “hoy durante la tarde soy informado que durante la aplicación de medicación intratecal me fue entregada la medicación vincristina en forma errónea sin estar la misma dentro del protocolo de medicación intratecal por parte del personal de enfermería. Por tal motivo concurro a la consulta, se informa a los familiares de la gravedad del cuadro.”
“Es obvio que su deber es verificar, si lo hizo lo hizo mal, porque si no, no podría haber pasado la vincristina por vía intratecal. Por eso se habla de error” indicó la forenze.
Por estos motivos el tribunal determinó “Consideramos que el Dr. Besasso debió supervisar y verificar la medicación que administraría por vía intratecal, hecho que no surge en la historia clínica haya sido realizado.”
¿Estaba rotulada correctamente la Vincristina?
¿Cómo llego la Vincristina a manos de la enfermera Rios ?
¿El protocolo utilizado por el Hematólogo Dr. Pombo estaba actualizado?
La muerte de mi madre, reveló una cantidad de errores e interrogantes que en la actualidad están y estarán bajo la mirada de la justicia Argentina durante años hasta que se llegue a todos los culpables.
Lamentablemente estos “errores” ocurren constantemente en Argentina y en todo el mundo.
¿Es posible evitar los errores?
El Dr. Peter J. Pronovost introdujo en la medicina algo tan simple y practico denominado “Checklist”. Consiste, como lo indicamos previamente, en una lista de comprobación a fin de compensar las limitaciones de atención y memoria de la mente humana. Ayuda a que las tareas a realizar se realicen correctamente.
El comenzó estudiando las infecciones adquiridas en los hospitales en el 2001, concluyendo en cinco simples tareas que reducirían considerablemente las infecciones cuando se coloca el catéter en la vía central.
La lista incluía los siguientes pasos:
- Lavarse las manos con jabón
- Limpiar la piel del paciente con antiséptico
- Coloque mantas estériles sobre todo el paciente
- Use una máscara estéril, sombrero, bata y guantes
- Coloque un apósito estéril sobre el sitio del catéter
Aunque parece lógico y poco original resulta efectivo. En el año 2008, el Dr. Pronovost fué reconocido por la revista Times entre las 100 personas más influyentes en el mundo.
En los primeros tres meses del proyecto, las infecciones en las unidades de terapia intensiva del estado de Michigan se redujeron en un 66%. En los siguientes dieciocho meses se estima que esta práctica salvó a más de 1500 vidas y redujo los gastos médicos en aproximadamente 100 millones de dólares.
Según Pronovost, “El problema fundamental con la calidad de la medicina estadounidense es que no hemos podido ver la prestación de atención médica como una ciencia. Las tareas de la ciencia médica se dividen en tres items. El primero es entender la biología de la enfermedad. El segundo, encontrar terapias efectivas. Y el tercero es asegurar que esas terapias se entreguen de manera efectiva.
Ese tercer grupo ha sido casi totalmente ignorado por los financiadores de investigación, el gobierno y la academia de medicina. Es visto como el arte de la medicina. Eso es un error, un gran error. Y desde la perspectiva del paciente es indignante”.
Una buena lista de comprobación debe tener las siguientes características:
- Definir el momento preciso en que debe usarse
- Breve, entre 5 y 9 apartados o instrucciones
- Concentrar la atención en las cuestiones de vida o muerte, los pasos que son más peligrosos saltarse, pero que se pueden olvidar con frecuencia. No deben ser una guía exhaustiva
- Redacción sencilla y precisa
- Usar el vocabulario técnico habitual de la profesión
- Debe caber en una sola página
- Libre de cosas superfluas y colores innecesarios
- Emplear tanto mayúsculas como minúsculas y un tipo de letra de palo seco, como la Helvética
- SIEMPRE debe probarse y afinarse en el mundo real
Quienes critican este método pueden mencionar que agrega burocracia a los procesos y falta de albedrío de los médicos.
Pienso que habría que considerar este método, por estar demostrada su eficacia y por la simpleza de su aplicación.
Al menos, esto habría salvado la vida de muchas personas, la de mi madre incluida.