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Psicología, salud mental y mala praxis médica en Malapraxisweb

Secuelas Psicologicas

Como se ha desarrollado en artículos anteriores, la mala praxis es un tema amplio que afecta tanto a los profesionales de la salud como a sus pacientes. En esta ocasión, el daño no es visible en el cuerpo del paciente, sino que el deterioro se produce en la psiquis del mismo. 

En este artículo trataremos los casos de mala praxis en los temas relacionados a la salud mental.

 

La República Argentina ocupa el podio de los paises con más cantidad de terapeutas. Según datos de la Asociación de Psicólogos de Buenos Aires (APBA), sólamente en la ciudad autónoma de buenos aires hay 20 mil profesionales, de los treinta y cinco mil que se estiman activos en todo el país.

Al intervenir al paciente a través de métodos, o niveles, en que no están preparados; negligentemente se expone al paciente a situaciones que pueden desestabilizar o profundizar su problema personal cuando no se cuenta con una base o herramienta para poder afrontarlos.

Hay que tener en cuenta una cosa: un psicólogo es un profesional que está ofreciendo un servicio y que está cobrando por ello. La relación entre psicólogo y paciente no es ni de amistad ni de otro tipo que no sea profesional.

La relación entre ambas personas busca que el paciente logre solventar una problemática que no se ve capaz de resolver por sí mismo, y precisa de una ayuda profesional en la que el psicólogo debe ser objetivo por tal de buscar una vía que permita lograr el bienestar del paciente.

En ocasiones, esta realción se rompe cuando el profesional actúa negligentemente, dañando al paciente. A continuación detallaremos aspectos fundamentales para tener en cuenta para identificar la mala praxis en este ámbito.

Elección de un Profesional calificado

En primer lugar, la selección de un profesional matriculado en el entorno de la salud mental es fundamental a fin de evitar complicaciones mayores. Quienes ofrecen un servicio y no cuentan con las certificaciones pertinentes son propensos a incurrir en actos de mala praxis.

La Psicoterapeuta Adriana Canga, menciona que existe mala praxis en el área de la salud mental “Cuando no siendo psicólogo (como es el caso de los counselors, coach, psicólogos sociales, etc.) se interviene en cuestiones de patología, con personas con psicopatologías definidas o situaciones de riesgo, sin contar con las herramientas necesarias.”

Sin el título habilitante expedido por la universidad no se puede obtener la matrícula y sin la matrícula no se puede ejercer.

 

Información Confidencial

La Ley Nº 23.277, que reglamenta el ejercicio de la psicología desde 1985, es clara: “Los profesionales están obligados a guardar el más riguroso secreto profesional”. Mario Molina, presidente de APBA, menciona que “Aproximadamente el 70% de las denuncias que reciben los colegios es por violación del secreto profesional”

Es paradigmático el caso de una mujer que asiste a la presentación de un libro de su ex psicóloga. A medida que escuchaba la lectura se veía más y más reflejada en los ejemplos clínicos. Hasta que no le quedó ninguna duda: aunque había cambiado su nombre, cada dato era inequívoco y la señalaba. “En situaciones como éstas, los psicólogos necesitamos el consentimiento de las personas para hacer referencia a lo acontecido en una relación de tratamiento que ha finalizado; de lo contrario, seguro que el profesional pierde la demanda judicial además de cometer una falta ética”, afirma Molina.

 

Mala Praxis por no revelar datos

Así como rige la prohibición de revelar datos íntimos y reservados, también existe mala praxis por su contrario. “Existe abuso de secreto cuando el profesional calla el delito del que ha sido víctima su paciente. Distintas leyes de violencia familiar estipulan la obligación de denunciar, pero uno encuentra que algunos psicólogos la incumplen” según Juan Pablo Viar, abogado especialista en violencia familiar

 

Alejandra denuncia a la ex psdicóloga de su hija por mala praxis. Todo comenzó en el año 2000. Su hija, de cinco años, tenía continuas pesadillas, se despertaba llorando desconsolada y manifestaba conductas autoagresivas. “La empecé a llevar a terapia –detalla Alejandra– y la psicóloga me dijo que había ciertos indicios de que algo la estaba poniendo mal. Pero no me decía nada más, sino que siguiéramos adelante con el trabajo.”

Los meses pasaban y su hija no mejoraba. “De repente, yo veo un dibujo de la familia que hizo en el jardín. Eran todas mujeres vestidas de novia, con un agujero a la altura genital y rayado con lapiz fuerte. Vi algo raro y lo llevé a la psicóloga, que me dijo que estaba bien que ella supiera que tenemos esas partes del cuerpo.” Así, en repetidas ocasiones Alejandra transmitió sus dudas y posibles indicios sin obtener nada a cambio. Hasta que poco a poco fue descubriendo por sí sola que su ex marido estaba abusando de su hija.

“La ginecóloga confirmó el abuso, pero la terapeuta me dijo que lo mejor sería resolver esto entre nosotros porque ir a juicio era muy difícil. Ahí corté toda relación con ella”, recuerda Alejandra

“Hoy esta psicóloga puede estar haciendo lo mismo. Hasta me enteré de que da charlas a docentes donde les insiste en la no conveniencia de hacer la denuncia en estos casos. Una criatura no puede defenderse, al menos me tenía que decir a mí lo que estaba pasando”, denuncia. El padre ya fue condenado por la Justicia Penal a tres años de prisión en suspenso.

 

Tratamientos desmedidos

Cuando llegó al hospital, la mujer se encontraba entre desconcertada, dolorida y angustiada. El yeso que le colocaron en su brazo era el símbolo de una extraña paradoja: la persona que debía encargarse de cuidar y curar su salud psíquica era la misma que la había agredido. En plena sesión, su psicólogo se violentó, le gritó, la empujó contra una pared y le causó una fractura. Cuando el caso llegó hasta el tribunal de ética de una asociación de psicólogos, la excusa del agresor fue, al menos, singular. El profesional se escudó en una ignota teoría que sostenía que era necesario motorizar e instar al paciente para que reaccione.

Ningún tratamiento, proceso o procedimiento es lícito si la salud física o mental de paciente está en peligro. El abuso de poder o la violencia es evidencia suficiente para demostrar la negligencia.

 

Límites entre el paciente y el profesional

“Dentro de las normas técnicas inherentes al tratamiento no está permitido tener relaciones sexuales con pacientes ni el intercambio comercial”

Algunos otros ejemplos ilustran más áreas donde también puede incurrirse en mala praxis. Como el del chico que fue mal diagnosticado de síndrome de hiperactividad (ADD), el terapeuta que obtuvo un crédito bancario con mejores condiciones gracias a su paciente y hasta la psicóloga que, una vez terminada la sesión, aprovechaba para vender ropa en su consultorio a sus analizados.

 

Consentimiento Informado

La Ley de Salud Mental (26.657) prevé el “consentimiento informado”; esto es: cuando el paciente decide interrumpir con el tratamiento que venía llevando con el profesional. Esto resulta complicado según como lo exige la Ley, con sus formalidades, y más complicado cuando al alta es decidida por una persona con problemas de adicción. La Dra. Roxana Rizzi se pregunta: “¿Puede una persona con problema de adicciones tener la necesaria lucidez, el discernimiento y la voluntad para la toma de decisiones respecto de su salud?”

La validez del consentimiento de abandonar una internación, como un tratamiento variará según la medicación psiquiátrica que se esté utilizando, como también por la situación particular de la persona; aunque la ley en su art. 18 dice que bajo consentimiento de la persona podrá abandonar en cualquier momento la internación.

 

Conclusiones

Tal y como hemos tratado en el artículo anterior, “Conociendo nuestros derechos”,  los profesionales se rigen por un Código de Ética Profesional, el que regula el actuar de cada uno de ellos, como también existen Pautas de trabajo y algunas regulaciones sobre el ejercicio de su labor; pero el problema está en que los psicólogos no tienen un control efectivo de su actividad, de la salud mental de los mismos profesionales. Por lo que no existe un método de comprobación que indique si el psicólogo está apto psíquicamente para desarrollar su actividad. Esto es un gran problema.

 

Las condiciones socioeconómicas y la precarización laboral pueden causar una mala praxis. Muchas veces los honorarios que pagan las obras sociales son tan bajos que el terapeuta no encuentra otra opción que sumar pacientes y horas de trabajo a su agenda.

 

La Psicoterapéuta Canga, señala que muy poca gente recurre a la denuncia, si a las quejas hacia otrosterapeutas.

“(…) he visto en tantos años de profesión a pacientes que llegan dañados o estancados, luego de largo tiempo de tratamientos, o traumatizados por intervenciones “salvajes” que lejos de ayudar, empeoraron la situación, es inusual que eso se transforme en una denuncia concreta. Una profesora de uno de mis postgrados, dijo una vez y me quedó totalmente grabado: `Cada intervención, cada interpretación, cada palabra, es como un bisturí… genera una herida, un corte, un dolor. Sólo genera heridas emocionales que estés seguro que podrás curar`. Y es totalmente así, no se puede ir más allá de lo que el paciente está listo a ir.”  (Psicoterapéuta Adriana Canga)

 

Es la intención de Malapraxisweb.com poner en sus manos los instrumentos para detectar y reaccionar ante casos de mala praxis en el ámbito de la salud mental.

 

 

Fuente:

Extraída de: https://www.diagnosticsnews.com/rpnews/23418-mala-praxis-en-la-psiciologia

Fecha: 09/10/2018

 

Extraída de: https://www.diagnosticsnews.com/rpnews/22940-responsabilidad-profesional-ley-de-salud-mental-realidad-o-utopia-altruismo-o-lucha-de-poder

Fecha: 09/10/2018

 

Extraída de: https://aval.com.ar/las-denuncias-por-mala-praxis-psicologica-evidencian-el-vacio-legal-de-la-profesion/

 

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