El día 13 de Julio de 2008 Shai abría sus verdes ojitos al mundo convirtiéndome en tía e iluminando con su luz mi vida. Pese a que no vivía yo en San Cayetano, Provincia de Buenos Aires, cada vez que iba, allí estaba ella con sus te amo, sus berrinches y todo su amor.
Shashita, como yo le decía, tenía ansias de aprender y pese a sus cortos 11 años, ya planificaba su cumpleaños de 15 rezando para que sus abuelitos estuvieran vivos y presentes en ese, el que sería su gran ilusión.
El 27 de abril de 2020 Shaira no se sentía bien, tenía dolor muscular, fiebre y fue llevada al Hospital Municipal Alberto Menditegui de San Cayetano.
Allí fue atendida por el Dr. Rodríguez Infante Ali Emanuel.
Le hicieron análisis cuyo resultado arrojó que tenía 20.000 glóbulos blancos.
El Dr. Rodríguez Infante le colocó un suero y dijo que veía además parásitos en su materia fecal, motivo por el cual recetó un antiparasitario, y la envió a su casa, junto a sus padres.
Al día siguiente Shaira continuaba con dolor en las piernas, en la nuca y en el hombro.
El 29 de abril, como los síntomas no cesaban y el cuadro empeoraba, mi hermana la llevó nuevamente al mismo Hospital.
Esta vez la recibió el Dr. Pacheco, quien no alcanzó a hacer nada ya que el Dr. Rodríguez Infante le recriminó que Shaira era su paciente, continuando este último con la atención.
Reiteró los análisis de sangre, que esta vez según sus dichos arrojaron 12.000 glóbulos blancos, y afirmó que el antiparasitario estaba haciendo efecto, pero lentamente.
Decidió suspender esa medicación, e indicó comprar buscapina, omeprazol y enterogermina manifestando que Shaira tenía además una gastroenteritis.
Los papás de Shaira siguieron las indicaciones del médico, quien además les pidió “paciencia” y dijo que los dolores iban a ceder.
El día 1 de mayo de 2020, Shaira le pidió a su papá que la internara porque ya no aguantaba los dolores.
De forma inmediata regresaron esa mañana, al Hospital, siendo atendidos nuevamente por el Dr. Rodríguez Infante.
Shaira, entró a la guardia, se sentó y ya no pudo levantarse…y pese a su dolor, lo único que le preocupó al médico tratante es que no debía ocupar una silla de ruedas ya que todas las veces que había ido, la había visto ingresar caminando a la guardia.
El médico se mostró molesto, dijo que Shaira era “ñañosa, caprichosa”. Y, en esta oportunidad le diagnosticó “infección urinaria”, y sugirió a sus padres llevarla a una “psicóloga” porque Shaira estaba exagerando.
En ese mismo momento, llegó otro médico quien discutió con el Dr. Rodríguez por no haberse ocupado ni siquiera de tratar la infección que evidenciaban los análisis… en ese momento Shaira entró en shock, y falleció.
Ese 1 de mayo recibí temprano la noticia de que Shashita no estaba bien… más tarde, en un nuevo llamado mi hermana me dijo: “Shai Se fue!!!”.
No entendí o no quise entender, obviamente no podía creerlo.
¿Cuál había sido el diagnóstico presunto de este médico?
En primer lugar, Parasitosis, luego gastroenteritis, y por último infección urinaria.
Se realizó una autopsia en el cuerpo de Shaira y su resultado fue PERITONITIS INFECCIOSA; no eran mañas, no eran caprichos, tampoco parasitosis, ni gastroenteritis, ni infección urinaria. Peritonitis infecciosa, a la cual obviamente llegó por falta de atención médica, y horror en el diagnóstico.
¿Cómo poder comprender que a una criatura de 11 años, con síntomas y análisis de sangre con valores anormales, quien además fue llevada a tiempo por sus padres a 3 controles médicos en menos de 4 días, se le podía terminar su vida debido a una peritonitis infecciosa?
En pediatría escuchar al niño y/o a sus padres y/o acompañantes, se vuelve imprescindible, ya que muchas veces son ellos los que relatan los síntomas que el médico debe atender.
En este caso, el galeno no sólo no escuchó a Shaira ni a sus padres, sino que hizo caso omiso de un dato clínico absolutamente relevante, un valor en sangre anormal; y aún, volviéndose a equivocar en su diagnóstico – por 3° vez – no indicó un antibiótico.
Para este médico, esta lección tuvo un precio altísimo…nada más y nada menos que la vida de un niño.
Shaira murió en plena pandemia, no por Covid-19, si por imprudencia, negligencia e impericia de un médico, por fallas del sistema de salud, pese a que nuestras autoridades afirman que lo más importante “es la vida”.
La denuncia penal se realizó inmediatamente, y hoy tramita ante la Fiscalía del Dr. José Luis Cipolletti a cargo de la UFI 1 del Departamento Judicial de Necochea, con intervención del Juzgado de Garantías N° 2.
Hoy sólo esperamos Justicia, interviene el Estudio del Dr. Burlando, a través del Dr. Juan Tiberio; rogando al cielo una condena ejemplificadora.
Day Torres, tía de Shaira Smoulenar