Hola, mi nombre es Soledad. Y esta es mi historia.
El parto estaba porgramado para el 10 de enero de 2018, por cesárea.
Como estaba esperando a mi tercer hijo, mi obstetra “me convenció” de hacerme una ligadura de trompas… como ya tenía 38 años y otros hijos – una hija de 20 años y un hijo de 11 años – era “conveniente” realizarla.
Me hicieron la cesárea con otra obstetra, la ligadura de trompas… mi bebé estaba en perfecto estado de salud… me dieron el alta… y yo me sentía bien.
Alrededor de una semana después, me sentía dolorida… pensé que era normal porque era mi primer cesárea – mis otros partos anteriores habían sido partos normales -.
Una mañana me desperté empapada de un líquido que me salía de la herida dónde me habían realizado la cesárea. Ante esta situación, fuimos a la guardia – mi marido me acompañó-.
Me apretaron un poco, dijeron que era normal… me indicaron que siguiera apretando, para drenar ese líquido… que la herida estaba bien… que la cicatrización era normal… y me volví a mi casa.
A la semana… comencé a orinarme cada vez que me acostaba… fuí nuevamente a la guardia, me dijeron que tenía una “infección urinaria“. Incluso me indicaron medicamentos para palear esta afección.
Hacía ya 15 días que tenía los puntos, la doctora se había ido de vacaciones, y debía esperar una semana más para que me dieran turno con otro obstetra…
Al mes de la cesaria me revisó otro doctor, me retiró los puntos y le dije que me sentía mal, que sentía mucho dolor. Me tocó y me dijo: “parece que el útero está algo agrandado, pero eso es normal…no veo nada malo.”
Yo seguía sintiendome mal… no iba bien de cuerpo, y de repente me encontré con que estaba empezando a ir más seguido a la guardia de a clínica. Ellos decían que no tenía nada, y que eso que me pasaba era normal. Sin embargo yo me sentía cada vez peor.
Días más tarde me encontré con quien era mi obstetra, que había regresado de vacaciones… me reviso y me dijo lo mismo… que veía el útero un poco agrandado, me hizo tacto…y me dijo: “hagamos una eco transvaginal para descartar que ya no hay restos…por las dudas.”
Ante mi insistencia me hicieron una eco, el ecógrafista me dijo: se ve muy poquito de residuo…pero no es para un legrado… Con los resultados en la mano, fuí inmediátamente a ver a mi obstetra. Me recetó medicamentos para eliminar los restos.
Pasaron un par de días… y yo seguía peor.
Volví a su consultorio, yo me sentía cada vez peor… muy dolorida, muy mal… me costaba caminar, ya casi no comía. Habían pasado casi dos meses y pico de la cesárea.
Mi marido, que no me podía ver más así -hace 23 años que estamos juntos – me dijo, vamos a pagar una médica particular.
Conseguimos un sobre turno. Era viernes.
Cuando entre y me vio me dijo: -Cómo estás??
Mi respuesta fue inmediata: -Mal.
Me pidió que me acueste en la camilla. Comenzó a revisarme y dijo: tu útero esta “normal”.
Comenzó a tocarme el estómago… y dijo: yo acá siento algo, pero no es el útero… y siguió: yo trabajo en el hospital de San Fernando, vení el lunes que yo te voy a hacer todos los estudios.
Me dijo que sentía como un tumor… no porque un tumor sea cáncer, sino que era algo que no debía estar ahí.
Volví a mi casa y pasé todo el fin de semana dolorida… esperando al Lunes.
Paso el fin de semana, y el lunes fui al hospital. Era 9 de abril de 2018.
Me hicieron una ecografía y después de realizar una junta médica me explicaron… “tenes algo en los intestinos”, “se ve algo… te vamos a hacer una tomografía… pero tenemos que abrir porque no sabemos con qué nos vamos a encontrar.”
Me puse nerviosa… al rato me hicieron la tomografía… me ingresaron…me dejaron en ayunas.
A las 20.00hs ingresé a quirófano.
Al abrir se encontraron con que tenía los intestinos pegados…. los tenía como una piedra. tuvieron que llamar más cirujanos porque ellos solos no podían trabajar dado el cuadro que veían.
Tuvieron que extripar un ovario, una trompa. el apéndice… tenía todos los intestinos perforados… las paredes del estómago estaban infectadas.
Me dijeron que fué una locura lo me hicieron al realizar la cesaria. No entendían como había sido capaz de soportar tanto tiempo esa situación.
Cuando desperté no entendía que me había pasado. Tenía drenajes por todos lados…
Al día siguiente de la cirugía me pude sentar… y estuve, en total, 10 días internada.
Durante los casi 3 meses posteriores a la cesárea, había ido a la guardia de la clínica de Vicente López infinidad de veces…
Al tener obra social creí que estaba protegida yendo a una clínica privada…sin embargo fue todo lo contrario.
No tengo mas que palabras de agradecimiento a los doctores del hospital público que me atendieron.
Hoy estoy muy bien, me sigo haciendo controles… aunque psicológicamente quedé mal… hay veces que no duermo, pienso que me voy a morir… tengo miedo…
Hago pública mi historia porque no quiero que otra chica pase por lo mismo que yo.
Soledad – Vicente López.