Mi nombre es Lidia, soy enfermera razón por la cual tengo un poco de conocimiento respecto a cómo proceder en algunas situaciones con una persona enferma u operada.
Hace algunos unos años atrás, mi suegro – de 83 años – tuvo una caída. Se manejaba en forma adecuada para alguien de su edad. Era un hombre que había vivido toda su vida en el campo, y había vivido bien hasta ese momento en el que desgraciadamente, producto de esa caída, se fracturo la cadera.
Junto a mi marido lo llevamos al Hospital Central acá en San Luis.
En la guardia de urgencia le hicieron diferentes estudios y unas radiografías, y decidieron que lo mejor era trasladarlo al Sanatorio Ramos Mejía dado que allí atendían a pacientes de PAMI.
Una vez allí, y ya con todos los estudios realizados, lo llevaron al quirófano para operarlo.
El traumatólogo a cargo de la operación era el Dr. Carlos Peralta… realizó la intervención, pero al momento de realizar el procedimiento se equivocó de cadera … y operó la cadera equivocada. Al darse cuenta, tuvo que obviamente abrir del otro lado y realizar el procedimiento nuevamente.
Cuando salieron del quirófano, el médico no nos dijo nada.
Horas más tarde nos dimos cuenta. Fuimos a increparlo, y él no supo que responder.
Pero ante mi insistencia comenzó a decir que no debíamos cuestionarlo.
Le pregunté por qué no había realizado otra radiografía para saber con seguridad de qué lado operar, me respondió una serie de cosas incoherentes, e incluso que había abierto del otro lado para retirar tejido y realizar un injerto.
Pero fui incluso más allá, ya que para cualquier otro tipo de intervención debía solicitar un permiso a la familia, cosa que nunca hizo…
En ese momento no hicimos nada, no sabíamos que había que llamar al juez de turno y hacer una denuncia, pero si lo denunciamos ante el PAMI. Hasta la fecha no obtuvimos ninguna respuesta de PAMI. El medico sigue ejerciendo.
Pobre viejito, estaba recién salido de una operación tremenda y no tenía lado donde apoyarse. No puedo explicar todo lo que sufrió.
Incluso, esa herida del lado sano – que no deberían haber abierto – tuvo una infección… y padeció muchísimo pobrecito…
El pobre sufrió tanto que falleció a los tres meses de la operación. Su cuerpo no aguantaba más.
Mientras mi suegro estuvo internado, movimos cielo y tierra para que los responsables se hicieran cargo del error que habían cometido, hasta el auditor de PAMI se enteró.
Incluso presenté una denuncia ante el abogado de PAMI.
Al poco tiempo volví para conocer la respuesta, pero nada. Envié otra nota reclamando una explicación.
Pasaron 4 años, hasta el día de la fecha no tuvimos respuesta alguna…
El relato es breve, no quise entrar en detalles dolorosos, fue en el 2014 y todavía hoy duele.
Al ver la página de arielt24.sg-host.com me anime a contarlo…Me gustaría agregar, que esta experiencia, si bien fue dolorosa, nos sirvió para aprender a defendernos… ya que tanto mi marido como yo hemos tenido que atravesar otras cuestiones de salud y como ya nos conocen nos han atendido muy bien.
A veces tenemos suerte de cruzarnos con médicos que aman su profesión y otras veces lamentablemente con personas que la avergüenzan.
Muchas gracias!