Negligencia medica Tu Historia Mala Praxis

Yamila Quistapace Pelleriti | Tu Historia de Mala Praxis Medica

Yamila Quistapace Pelleriti | Tu Historia de Mala Praxis Medica

Mi hija era una joven emprendedora y con muchos proyectos para el futuro. Tenía 28 años y toda una vida por delante. 

Había aprovechado cada momento de su vida para educarse y ser mejor persona, tanto a nivel humano como intelectual. 

La idea de superación era permanente en ella.

Al terminar el secundario, se había mudado a casa de sus abuelos en Mendoza para comenzar a cursar sus estudios en la Universidad de Congreso. Había conseguido un trabajo a la mañana, para costearse la carrera, ya que la situación económica familiar no era buena.

Yami siempre estuvo pendiente de mí, debido a algunos problemas de salud, de hecho, nos ayudaba económicamente y a mi, y a sus hermanos. Esto la hacía sentir muy en paz y tranquila de saber que a su mamá no le faltaba nada.

Junto a su pareja soñaban con ser padres; viajar por el mundo, de hecho, tenían un viaje a Estados Unidos de América pago para febrero 2020, y así festejar su título de Contadora Pública, ya que estaba por rendir su última materia en diciembre de 2019. 

Yamila era una joven totalmente sana, nunca había tenido una cirugía. Era fuerte, saludable, y se hacía controles permanentes. 

Se cuidaba con su peso, en las comidas, hacía deportes y actividad física.

En uno de los controles (el último) su médico, descubrió que tenía unas piedritas en la vesícula. Ella confiando plenamente en el criterio de su médico decide operarse.

El médico le había dicho que la operación era fácil y sencilla; no más de una hora y media y que el alta se le daría a las 24 horas.

La fecha de la cirugía se agendó para el 30 de septiembre de 2019.

Ese día, su pareja, uno de sus hermanos y yo acompañamos a Yami al Hospital Español alrededor de las 07:00 de la mañana. 

Como a las 8:00hs de la mañana, un rato antes de entrar al quirófano, la enfermera le hizo una serie de preguntas, si era alérgica; si anteriormente había sido operada; si tomaba medicación, si era hipertensa; le tomó la presión y realizó todo el protocolo que se exige cuando entra un paciente para internarse y operarse. 

Todo estaba bien.

Llegó el camillero para llevarla a quirófano y nos dijo que todo el procedimiento iba a demorar aproximadamente 1 hora y media, y que en ese lapso ella estaría de regreso.

Nos despedimos de Yami con un beso, la saludamos y le dijimos que se quedara tranquila que nos quedaríamos ahí para cuidarla después. 

Habían pasado casi 2 horas y nadie nos había dado un parte médico o algún tipo de información al respecto, por lo que su hermano llamó a una amiga de la familia que se desempeña como instrumentadora y le pidió que averiguara como estaba Yamila, ya que nadie nos informaba nada.

Al rato, esta amiga se acercó a nosotros nos contó que tampoco la habían dejado ingresar, y que lo único que le habían dicho es que se había complicado la operación porque al “ponerle los aparatos  laparoscópicos”, aparentemente habían tocado un vaso sanguíneo detrás del páncreas, por lo que tenían que esperar que dejara de sangrar, y le estaban haciendo una transfusión de sangre.

Nadie nos había informado nada de esto.

Nunca hubo información veraz. Cada vez que una enfermera o enfermero pasaba por el lugar y nosotros preguntábamos algo, se enojaban y nos decían “esperen y dejen trabajar al equipo médico”.

Cerca del mediodía personal del hospital se acercó a nosotros para decirnos que como se había utilizado sangre del banco de sangre en la transfusión de Yamila, era necesario reponerla. Debíamos conseguir dadores de sangre…, eso fue todo, no aportaron ninguna otra información.

Más tarde, alrededor de las 12:30 horas el Dr. Quiroga, su médico de cabecera y quien le había sugerido la cirugía,  me llamó por teléfono y me dijo que había habido una complicación en la operación. 

Había habido un problema con un vasito sanguíneo, el cual se había roto y debido a eso había intervenido otro médico, el Dr. Sanguineti, y habían tenido que hacer una transfusión, pero que todo estaba controlado.

También me dijo que habían enviado a analizar las piedritas de la vesícula, y que Yamila iba a ser trasladada a terapia intensiva para que la controlaran bien, que en cuanto Yami se recuperara la íbamos a poder ver. Lo cual no fue así. 

Eran como a las 14:30 hs aproximadamente, cuando nos informaron que habían llamado al médico desde terapia porque debían volver a operarla, que estaban esperando un instrumentador quirúrgico porque no había en ese momento uno en el hospital, y que eso los estaba demorando un poco… “Pero que todo estaba controlado que esperáramos tranquilos…”

Eran las 3 de la tarde cuando el Dr. Quiroga entró a terapia. Minutos más tarde salió visiblemente nervioso. Llamaba a otros profesionales por teléfono celular. 

Con nosotros se mostraba indiferente, pero se lo notaba raro, algo nervioso…le tiritaban las manos. 

Me acerque preguntando qué pasaba, y me dijo textualmente: la paciente está perdiendo un poco de sangre; “la deje limpita”, “la manguereé bien”, “no están pudiendo subirle la temperatura pero está todo controlado”.

La situación, la incertidumbre de no saber realmente qué estaba pasando y el porqué no nos dejaban ver a Yamila era angustiante, desesperante y agobiante. 

Ello, sumado a que no había, ni se daba, ninguna información concreta ya que nunca nos informaron que tan grave (o no) estaba Yamila

Yami fue llevada nuevamente a quirófano alrededor de las 16:00 horas. Iba a ser intervenida por el Dr. Welti, otro médico cirujano vascular.

Cerca de las 19.30 hs nos dijeron que la operación había terminado, que le estaban colocando una malla, que iba a ser trasladada nuevamente a terapia intensiva para su control.

A las 20.00 hs nos llamaron al primer piso para darnos el parte médico.

Allí, los médicos nos informaron que el estado de salud de Yamila era crítico, y que había que esperar porque estaba realmente delicada.

De manera sorpresiva, a las 21.00 hs nos confesaron la verdad.

No había sido un “vasito” sanguíneo lo que se había perforado, en realidad habían perforado “la aorta”, y el sangrado era incontrolable se debía a eso … Nos dijeron que el estado de Yamila era verdaderamente crítico… que lamentablemente, iba a fallecer… y nos autorizaron a entrar a verla y despedirla…

Entre en un estado de shock, de llanto, de desesperación inexplicable en un estado emocional y de histeria indescriptible. 

No entendía qué había ocurrido. Me preguntaba una y otra vez ¿Por qué? ¿Qué le pasó? ¿Por qué nadie salió a decirnos nada antes?

Cuando entre a terapia y vi a mi hija… quede horrorizada… mi querida y amada hija, estaba toda hinchada, con la lengua afuera, con moretones, llena de marcas y vendas, con marcas o señales visibles de que la habían querido revivir con electroshock (o algo parecido) Estaba toda quemada y moreteada en la parte del pecho y tórax.

¡¡Era algo increíble, espeluznante!! Estaba desfigurada, su color de piel era totalmente blanco verdoso, pálida  – un médico de terapia trato de minimizar eso diciendo que el color se debía a la luz del lugar –

Pude ver, al levantar la sábana, que el abdomen de Yami estaba todo rajado sujetado con una Malla de Prolene, de las que se usan en las suturas… No podía creer lo que estaba viendo; salí de allí sin consuelo, destruida, abrumada… queriendo pensar que todo era un mal sueño. Algo inexplicable. Un momento terrible.

Yamila falleció ese mismo día, 30 de septiembre de 2019 a las 21:55 hs.

El dolor del anuncio fue indescriptible

Alrededor de la 01:00hs de la madrugada se llevaron a Yamila a la morgue del hospital, nuevamente nadie nos dio explicaciones, y debido a esto mi hijo se dirigió  a la Comisaría a fin de radicar una denuncia penal. 

El informe de la autopsia concluyó de forma clara que la causa del fallecimiento fue por un shock hipovolémico por lesión de aorta abdominal por procedimiento quirúrgico laparoscópico.

Al acceder a la historia clínica pudimos ver que siendo las 9:30 hs aproximadamente, no había dudas de que el ESTADO DE YAMILA YA ERA GRAVÍSIMO, y que los PROFESIONALES MÉDICOS INTERVINIENTES SABÍAN CON TOTAL CERTEZA TODO LO QUE HABÍA SUCEDIDO Y COMO SE HABÍA PRODUCIDO… sin embargo, a nosotros no nos dijeron nada.

Nos ocultaron todo, jamás consultaron nada.

A Yamila la trataron como una cosa, un objeto, un conejillo de laboratorio… nos mintieron y engañaron durante todo el día dado que no nos dijeron jamás el estado de gravedad en que la dejaron apenas comenzaron la operación.

Ese mismo día habíamos visto a Yamila ingresar viva a ese lugar… y al cabo de unas horas la vimos morir sin sentido, sin explicación, sin justificación, sin que nadie nos diera una respuesta… una situación desgarradora, triste, desconsolada y violenta… que nos sigue desde aquel fatídico día hasta hoy.

Pido justicia por mi hija, ¡Pido justicia por Yamila! Nadie más debería lamentar la pérdida de un ser querido de esta manera.

María Claudia Pelleriti, madre de Yamila

 

 

Síguenos

Malapraxisweb también está en las redes sociales. Todas las noticias actualizadas diariamente.

error: Content is protected !!